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Sergio Arias Cazorla: Ejemplo fiel de un verdadero médico e investigador

El 10 de junio de 1933 en la ciudad de Caracas, el doctor Leopoldo Aguerrevere facilitó el nacimiento de Sergio Arias Cazorla, hijo único del matrimonio conformado por Margot Cazorla y Hemenegildo Arias.

Era un niño alegre y curioso. Desde pronto le interesó el entorno, pues le gustaba hacer experimentos caseros, afición que alternaba con los Boy Scouts.

Como cómplice de sus travesuras estaba su tía madrina Carmen Luisa Cazorla de Oyón, quien era su compañera de parques y toboganes, siempre con una sonrisa y espíritu jovial.

Sus primeros meses de vida transcurrieron en la primera avenida de Las Flores de Puente Hierro donde estaba ubicada su casa, que al mudarse la familia al sector El Conde, recuerda que para el 14 de febrero de 1936, poco después de la muerte de Juan Vicente Gómez evoca lo que él considera su primera memoria visual:

“Recuerdo a un individuo ensangrentado pasando frente a la casa que cargaba un cuadro del Corazón de Jesús, producto del saqueo en la urbanización a las casas gomecistas, y que fue abandonado por el saqueador”.

Tres meses después la familia Arias Cazorla cambió de residencia para la urbanización Bigot (Maripérez), donde vivió con su madre, desde 1936 hasta 1961.

Amante de la música selecta, de la poesía y con facilidad para los idiomas, habla fluidamente el inglés y francés.

Apasionado de la lectura, sobre todo de la historia, inquietud que comparte con la astronomía, pues en la azotea de su casa tiene un telescopio con el que observa las constelaciones.

Un hombre sencillo y de gran corazón no es apegado a lo material ni a los lujos, pero es correcto en su proceder y estricto con el horario.

Tiene una capacidad de trabajo admirable, día a día no importa cuál, siempre está leyendo sobre alguno de los tópicos de su interés.

Maestro por excelencia, siempre imparte sus conocimientos a los que están a su alrededor.

En Sergio Arias es importante destacar su fuerza de voluntad y su respuesta a las dificultades, a pesar de las circunstancias nunca hay obstáculos a la hora de resolver los problemas médicos de los pacientes, siempre dando opiniones acertadas y válidas, a pesar de los inconvenientes.

Varias anécdotas…varias enseñanzas

“Cuando llegué al laboratorio de genética observé que en la puerta de la oficina del Dr. Arias hay un letrero que dice Velloríni el malo, por lo que me atreví a preguntarle qué significaba y su respuesta fue…

“Existían dos hermanos, Velloríni el bueno que aceptaba todas las cosas y Velloríni el malo que hacía cumplir las normas, como hago yo, me consideran “Velloríni el malo” [segmento de la novela Canaima de Rómulo Gallegos].

En varias oportunidades me ha dicho, “la ciencia ha avanzado mucho en los últimos tiempos, eso es indiscutible, pero ningún estudio reemplaza las manos de un buen médico”.

Y en otras me decía,“recuerde siempre que lo que necesita un paciente es un médico con buen juicio”.

Una feliz y fructífera unión

Una emergencia médica cruzó los caminos de María Estrella Cebollada y Sergio Arias Cazorla, quienes se unieron en matrimonio el 3 de marzo de 1962, en la Iglesia de El Recreo, Caracas.

En vista que Sergio fue hijo único y Maria Estrella solo tenía una hermana, decidieron que su familia sería numerosa, entre cinco y ocho hijos, por lo que Dios los bendijo con Sergio, Sofia Estrella, Juan Francisco, Fabiola, Eugenia y Pablo Rafael, que han sido saetas en manos de valientes, porque son los hijos habidos en la juventud y 13 nietos, que han llenado de alegría sus vidas.

Sergio Arias y María Estrella, con sabiduría construyeron su casa; con inteligencia echaron los cimientos y con buen juicio llenaron sus cuartos de bellos y extraordinarios tesoros.

Académico a carta cabal

Cursó estudios universitarios en la Universidad Central de Venezuela, donde obtuvo el título de médico en 1959 y de médico internista en 1961, siendo parte de la primera promoción, que recibió el nombre de “Dr. José Ignacio Baldó” junto a 12 médicos más. Posteriormente siguió estudios durante el lapso 1964-1966 en la División de Genética Médica de la Universidad Johns Hopkins de Estados Unidos de Norteamérica, bajo la dirección del Dr. Víctor McKusick, considerado el padre de la genética médica actual.

La biología fue su primer campo de investigación, labor que desarrolla entre 1949 y 1960 en la Sociedad de Ciencias Naturales La Salle, Caracas, publicando trabajos sobre moluscos venezolanos, y describiendo 2 especies nuevas.

En 1966 ingresa al Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas, en 1969 funda y desarrolla el Laboratorio de Genética Humana, que dirigió hasta 1999, año de su jubilación; desde entonces y hasta hoy, es geneticista asesor de la consulta de asesoramiento genético, donde continúa atendiendo a pacientes provenientes de todo el país.

En el campo de la genética humana y médica, Sergio Arias Cazorla ha realizado una fructífera labor como investigador, como docente y en la prestación de servicios a la comunidad. Fue organizador, miembro fundador y primer Secretario General de la Sociedad Venezolana de Genética.

La prestación eficiente de servicios a la comunidad ha sido desde el inicio un objetivo prioritario del Laboratorio. Desde 1970 se creó la consulta de Asesoramiento Genético, con el fin de brindar un servicio de información autorizada para diagnóstico, estimación de riesgo de recurrencia y orientación terapéutica de problemas hereditarios y congénitos, a personas referidas de todo el país. En 1984 se creó el servicio nacional para indagación de la filiación biológica, con propósitos privados, judiciales o forenses. Ambos servicios fueron los primeros en el país, y se han mantenido ininterrumpidamente desde entonces, aunque en condiciones cada vez más limitadas y precarias. La disponibilidad de técnicas eficientes ofrecida por el LGH para el diagnóstico, inasequibles en otros centros del país, lo hacen un núcleo de referencia para la gran mayoría de las enfermedades hereditarias en Venezuela.

El estudio sistemático prolongado por varias décadas de los genes anormales en pacientes residentes de todo el país permite disponer ahora de una información genética epidemiológica sobre localización geográfica precisa, frecuencia y características fenotípicas específicas de numerosas enfermedades en nuestra población, disponible en la base de datos del LGH, que es un patrimonio necesario de mantener e incrementar porque su reposición es imposible en la práctica.

Aportes al país y al mundo

Adicionalmente, Sergio Arias desarrolló la producción de medicamentos, inexistentes en el mercado, e indispensables para mantener la vida de los afectados con enfermedad de Wilson (desde 1985) y con porfiria aguda intermitente (desde 1991), contando en los últimos años, con la valiosa colaboración del Complejo Farmacéutico del Estado Venezolano (QUIMBIOTEC). Estos medicamentos se suministran sin costo a los pacientes.

Sus aportes al conocimiento son numerosos, como la localización de varios genes en los cromosomas humanos. Menciono un ejemplo, la descripción de un nuevo síndrome, al que llamó Síndrome IVIC, haciendo un acrónimo con las principales manifestaciones clínicas de la enfermedad, y el nombre del Instituto.

Ha publicado 89 artículos, 112 presentaciones en congresos y dirigido 27 trabajos de grado.

En cuanto a su actividad docente lo más resaltante es queha sido el creador del postgrado en Genética Humana del IVIC, único en el país durante muchos años, y hasta ahora único en ofrecer estudios de doctorado, habiendo egresado un representativo número de geneticista: 33 de maestría y 9 de doctorado, hoy distribuidos en Venezuela y otros países de América. Además ha sido profesor invitado de la disciplina en varias universidades de Venezuela y del exterior.

Un aspecto importante para resaltar fue el enfoque que tuvo Sergio Arias al crear el postgrado, considerándolo desde una perspectiva amplia y completa de la Genética Humana, que incluye todos los aspectos de la herencia humana, tanto normales como patológicos, los biológicos, los de las poblaciones; por esto, desde el principio el postgrado ha estado dirigido a profesionales de distintas áreas: médicos, biólogos, bioanalistas, antropólogos. El postgrado nunca ha estado restringido a la genética médica exclusivamente. La formación de profesionales especializados en el área ha sido siempre una actividad esencial, y muchos de los egresados o formados en el Laboratorio han sido fundamentales en el desarrollo de otras unidades de Genética Humana en el país.

Gracias a la capacidad de Sergio Arias de detectar las carencias y necesidades de la población venezolana sobre la herencia biológica, a su actuación pionera en los ámbitos de investigación, de salud y académicos, y a su constante determinación de actuar para lograr los cambios necesarios para el progreso de nuestra sociedad, contamos hoy con un laboratorio y un postgrado que han sido referencia nacional e internacional por más de 40 años.

En resumen, Sergio Arias, ha demostrado a través de su carrera de médico e investigador, que es posible hacer excelente ciencia médica, y que esta puede ser útil para el país y el mundo y la retribución obligada a una sociedad institucionalmente precaria.

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