Giuliat Navas, profesional del Centro de Investigaciones de Astronomía, Francisco José Duarte (CIDA), es un ejemplo de dedicación, pasión y superación en el campo de las ciencias. Con una trayectoria que combina el estudio de cuerpos celestes y un profundo amor por las matemáticas, Giuliat ha logrado destacarse no solo como científica, sino también como una figura inspiradora para las mujeres en el ámbito académico y profesional.
Desde sus años de bachillerato, Giuliat mostró un interés innato por la ciencia. «Me gustaban mucho los retos», comenta. «Yo me retaba a mí misma». Esta mentalidad la llevó a adentrarse en el mundo de las matemáticas, una disciplina que manifiesta, con sinceridad pura, que es «muy fácil, linda y sencilla de enseñar». Para Giuliat, las matemáticas no son solo números y fórmulas, son herramientas que le han permitido enfrentar cualquier problema en la vida, tanto profesional como personal.
Orgullosa egresada de la Universidad de Los Andes, hizo su pregrado en matemáticas puras complementando sus estudios posteriormente con una maestría en modelos matemáticos y métodos informáticos, para el conocimiento y el tratamiento de imágenes satelitales. Su dedicación por el estudio y la pasión por descubrir y multiplicar lo aprendido, la llevó a culminar su doctorado en Francia y regresar de inmediato a Venezuela para continuar su trabajo en el Centro de Investigaciones de Astronomía específicamente en el departamento de Astrometría, rama de la astronomía encargada de estudiar la posición y el movimiento de los cuerpos celestes y con esto poder obtener mediciones que indiquen el movimiento propio de los astros, permitiendo conocer las causas dinámicas de su desplazamiento.
Su enamoramiento por la astronomía la llevó a especializarse en la investigación de asteroides, cometas y satélites. Utilizando telescopios como la Cámara Schmidt y el Reflector, ubicados en las plácidas montañas de Llano del Hato en el estado Mérida, Giuliat ha dedicado horas interminables a la observación astronómica. «Mi trabajo me apasiona, mis vacaciones las dedico a analizar imágenes», afirma con una sonrisa que destella y contagia a quien la presencia. «Para mí no es un trabajo; estar pegado a una computadora, analizar, aprender y tener conocimiento me apasiona».
Giuliat no solo es una científica destacada; también es una defensora del empoderamiento de la mujer en la ciencia. «La carrera científica nos da valor, nos enseña nuestro poder», explica. «Nosotras no solamente estamos hechas para atender un hogar, que eso es muy lindo, pero también estamos hechas para brillar, para desempeñar puestos importantes, para crear y para formar». Giuliat se siente afortunada de haber nacido en Venezuela, un país donde se respetan los derechos de las mujeres y se les brinda la oportunidades para destacarse en cualquier ámbito.
De niña, Giuliat era tímida y estudiosa, pero siempre tuvo claro que quería ser «alguien bonito». «Siempre quise ser científica o ser médico», recuerda con ternura que su motivación era estudiar algo que tuviera un impacto positivo en las personas. Hoy, como investigadora y docente, Giuliat no solo ha cumplido ese sueño, sino que también se ha convertido en un modelo a seguir para las nuevas generaciones de mujeres que aspiran a incursionar en el amplio mundo de las ciencias y ha ayudado a desmitificar el temor a las matemáticas aportando métodos de aprendizaje que permitan enamorarse de los números.
En un mundo donde la presencia femenina en las ciencias aún enfrenta desafíos, Giuliat Navas es un recordatorio de que las mujeres pueden brillar, crear y liderar en cualquier campo que elijan. Su historia es un testimonio de pasión, perseverancia y el poder transformador de la educación en un país donde las mujeres hacen ¡Ciencia para la Vida!.
Prensa Polo CYT – Candi Moncada

