La oferta cultural del remozado Museo de Ciencias de Caracas, es sin duda, una de las propuestas más atractivas que tiene la Fundación Museos Nacionales (FMN), para socializar conocimientos, enseñanzas y diversión con sus salas temáticas, dioramas y espacios donde se exponen la diversidad de la naturaleza, la salud, ciencia y tecnología de Venezuela y el mundo.
El Museo abre sus puertas en estas vacaciones, gracias al trabajo orientado por el Gobierno Bolivariano, a través del Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología (Mincyt), con el aporte del Fondo Nacional de Ciencia y Tecnología (Fonacit) y la Corporación para el Desarrollo Científico y Tecnológico (Codecyt).
Al entrar al Museo de Ciencias la majestuosidad de la Jirafa Cameropardalis, con sus casi seis metros de altura, se adueña de las miradas de los visitantes, su belleza natural fue recuperada mediante la taxidermia artística, proceso científico que consiste en preparar y disecar las pieles de animales, rellenarlas y presentarlas lo más exactamente posible a como son en vida.
También encontramos al Tachiraptor Admirabilis, una construcción artística y creativa de paleoartistas que recrearon la imagen de uno de los primeros fósiles de dinosaurios encontrados en Venezuela, en el estado Táchira. Fueron expuestos por primera vez en octubre de 2014.
La primera sala de exposición del museo ha sido denominada “¡Habla tierra! Venezuela, país sísmico”, en donde la Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas (Funvisis) presenta información acerca de los fenómenos más importantes ocurridos en Venezuela, con descripciones graficas en 3D de un Tsunami, y un sismómetro que muestra los movimientos vibratorios de la tierra, y permitirá a los visitantes conocer qué pasa cada vez que el Sistema Metro de Caracas, atraviesa la ciudad.
Al pasar los nichos de aves de los llanos venezolanos se llega a la sala 2, denominada “Electromagnetismo”, donde una línea de tiempo -de al menos 200 años- recorre la historia de las telecomunicaciones, teniendo como punto de partida a la paloma mensajera que data del año 2.800 antes de Cristo (a.C.), pasando por el código Morse, y la primera línea telegráfica.
Esta sala además presenta cómo se creó la bombilla eléctrica, así como la llegada del primer teléfono a Venezuela (1875), que motivó el nacimiento de la Compañía Anónima de Teléfonos de Venezuela (Cantv), en 1930. El espacio también comparte la incorporación del teléfono celular en 1983, hasta llegar a la actualidad con la cuarta generación de móviles.
Otro de los atractivos de este espacio es la explicación sobre el desarrollo de la Internet y sus potencialidades comunicacionales. Además, expone una réplica del satélite Sucre como uno de los avances tecnológicos de Venezuela.
Niños, niñas, jóvenes y adultos también disfrutarán de las salas de inmersión, que muestran cómo despega un cohete y su entrada en órbita, generando la sensación de gravitación espacial. A su lado, está la sala Fondo del Mar, que reseña la instalación del primer cable submarino en el estado La Guaira, que conectó a Venezuela con Europa y Estados Unidos (EEUU).
Al salir de la sala 2, un Péndulo Múltiple despliega sus cuerdas formando los distintos tipos de ondas que existen según sus movimientos y medición, es el preámbulo a las salas 3 y 4 denominadas: “Tiempos de Pandemia, sala interactiva”. En ellas, los visitantes serán orientados por los guías del museo sobre los esfuerzos nacionales e internacionales hechos por la humanidad durante la pandemia del COVID-19, sus luchas para descubrir el origen del virus, cómo detectarlo y las primeras vacunas.
La sala 4 es sin duda, una de las más sensibles y humanas del Museo de Ciencias de Caracas, en ella se narran las estrategias que el mundo empleó para superar la pandemia, y especialmente cómo lo vivió Venezuela, sus tiempos en cuarentena, cifras de enfermos y fallecidos hasta cómo el país superó la situación, en medio del bloqueo financiero y comercial.
Realizado el recorrido por los espacios, los niños y niñas podrán disfrutar de juegos didácticos e interactivos que incluyen sopas de letras, preguntas y juegos de selección, todos con temas relacionados a la ciencia y tecnología.
Las salas 5 y 6 representan la historia y análisis del color, y apuesta por un lenguaje inclusivo como el Braille, un sistema de lectura y escritura táctil pensado para personas con discapacidad visual.
Desde estos espacios se llega a la sala 7, que expone registros fósiles como el cráneo del Purussaurus -una especie de lagarto o semejante a un caimán gigante- y otros ejemplares encontrados en 1972 en Urumaco, estado Falcón. Estas maravillas se complementan en la sala 9, donde se exhiben los cetáceos submarinos, siendo el atractivo principal el cráneo de una ballena hallada en Margarita, estado Nueva Esparta.
Entre los grandes atractivos del Museo de Ciencias se encuentran los Dioramas, una recreación de la naturaleza que representa la fauna y la flora, de los Llanos, la selva venezolana y de África.
El petróleo en nuestras vidas
Una de las novedades del museo es la sala 8 denominada: El petróleo en nuestras vidas, en la que se expone el origen del petróleo y un mapa histórico de los hidrocarburos en Venezuela. Relata la historia de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), y el trabajo que realiza la clase obrera de Petróleos de Venezuela S,A (Pdvsa).
En esta sala los guías relatan cómo sucedió el primer brote natural de petróleo del país en 1878, y explican cuáles son los derivados del petróleo, entre ellos: plásticos, lubricantes, parafinas, aceites combustibles, aceites lubricantes, asfalto y más. Los visitantes podrán interactuar con los diferentes tipos de crudos, en un espacio donde la inteligencia y creatividad serán las herramientas para acertar las respuestas.
La visita al museo también incluye la sorprendente sala 10 o Sala de Química para la Vida, donde los niños, niñas, jóvenes y adultos podrán aprender sobre los procesos químicos dentro de un laboratorio, los riesgos que enfrenta un científico en sus labores, identificar los elementos de la tabla periódica y jugar conociendo sobre átomos y moléculas.
El recorrido culmina con el nicho de Fauna dulceacuícola, en la que se delimita sobre el mapa territorial venezolano los principales ríos y la fauna que le rodean con especies como el manatí, pavón, mata-mata, tortuga arrau, entre otras.
La experiencia de visitar el Museo de Ciencias de Caracas, representa el trabajo y esfuerzo conjunto de sus trabajadores, trabajadores, investigadores y cuidadores, quienes, junto a las instituciones del Estado, permiten conectar a las nuevas y futuras generaciones con la historia, la ciencia, la tecnología, la naturaleza. El espacio está abierto de jueves a domingo de 10:00 de la mañana a 4:00 de la tarde.
Oficina de Gestión Comunicacional del Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología/ Periodista: Rosiris Ortega Ortiz