(Caracas, 04 de agosto de 2025).- Investigadores del Laboratorio de Química Marina, ubicado en el Centro de Oceanología y Estudios Antárticos (COEA) del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), desarrollan varios biomateriales marinos, consiguiendo excelentes resultados en el diseño de una metodología para la obtención de un mejor quitosano libre de pigmento.
El doctor Guillermo Centeno Bordone, jefe del Laboratorio de Química Marina, explicó que se ha trabajado mucho con quitosano en el país y en otras latitudes, pero lo que resulta interesante es la tecnología que se está aplicando en esta oportunidad donde se logra extraer la mayor cantidad de pigmentos en este biomaterial.
El proyecto lleva por nombre Extracción de Biomateriales Marinos a partir de los desechos de la industria camaronera y cangrejera, orientado a combatir la desertificación de suelos agrícolas.
“Venezuela es el segundo productor latinoamericano de camarones con un 240%, pero así como la producción es alta, los desechos también se multiplican, algunas camaroneras aprovechan los exoesqueletos o conchas, como también se les conoce, pero otras no, debido a que procesarlas requiere inversión. Lo mismo ocurre con el cangrejo y en Venezuela tenemos el cangrejo azul”, explicó.
Tanto las conchas de camarones y cangrejo son ricas en quitosano y quitina, de allí que el proceso consiste en extraer este compuesto que de acuerdo al método empleado resultó ser de un color más claro que con los métodos tradicionales de obtención, eliminando la pigmentación de la estructura, lo que resulta muy interesante a la hora de hacer síntesis.
“Nuestro objetivo principal es incorporar este material en suelos desertificados o que estén en proceso de desertificación, porque en su estructura molecular contiene carbonos y nitrógeno, y el nitrógeno es muy importante para los suelos lo que beneficiaría los cultivos porque mejora la humedad y crecimiento de las plantas, tomando en cuenta que es un polímero natural, biodegradable y captura metales pesados, es muy versátil”, sostuvo el investigador.
Se pudo conocer que, en la primera fase es desarrollar el proyecto en laboratorio para luego llevarlo a varios invernaderos donde se perfilan como candidatos de campo experimentales El Jarillo y estado Zulia.
“El Jarillo por ser una zona de alta producción agrícola con este material se puede mejorar la retención de agua en los suelos y los nutrientes, lo que se traduce en mejor producción porque se reducen los agroinsumos que generan altos costos para los productores”, puntualizó Centeno.
Mincyt/Prensa IVIC/ Edith García


