(Caracas, 9 de octubre de 2025).– El Centro de Biotecnología para la Formación en la Producción de Semillas Agámicas (Cebisa), ubicado en lo alto de Muchuchíes, estado Mérida, celebra este 9 de octubre 16 años sembrando soberanía, ciencia abierta y futuro para Venezuela.
Fundado en 2009 por la Red de Productores Integrales del Páramo (Proinpa), este centro surgió para enfrentar la dependencia de las semillas importadas y potenciar la autoproducción de variedades criollas autóctonas.
La misión del Cebisa está guiada por nueve objetivos fundamentales. Entre ellos destacan la consolidación de cultivos estratégicos en masa mediante tecnologías avanzadas, la promoción de la investigación asociada a estas prácticas, la capacitación de actores clave en agroecología y tecnología, y la promoción de cooperación e integración nacional e internacional.
La meta final es fortalecer capacidades productivas y tecnológicas para garantizar el desarrollo agrícola sostenible del país.
Con los años, el Cebisa ha evolucionado hasta convertirse en un referente de producción agroecológica y preservación de semillas criollas. Más allá de ser un centro productor, se erige como una red de vida, aprendizaje y soberanía alimentaria.
Este modelo adopta un enfoque de ciencia abierta, liderado tanto por campesinos y campesinas, dedicados a trabajar la tierra, como por científicos venezolanos comprometidos con el desarrollo agroecológico.
El respaldo del Cebisa proviene también de la Ley Orgánica de Ciencia, Tecnología e Innovación (LOCTI), que fomenta la colaboración entre entidades públicas y privadas en pro del desarrollo productivo nacional basado en ciencias y tecnologías.
Una comunidad con logros concretos
El Cebisa opera como un espacio inclusivo de aprendizaje continuo, donde agricultores, estudiantes y científicos comparten conocimientos en biotecnología y agroecología. A través de sus iniciativas, se ha consolidado una red integrada por fincas, laboratorios y módulos de producción aeropónica.
Entre sus principales logros figura el Banco de Germoplasma, que alberga más de 80 variedades de papas adaptadas a distintos pisos altitudinales, incluyendo tipos nativos e industriales. También cuenta con un banco de germoplasma de gramíneas con 12 variedades y diversas especies como café (tres variedades), ñame, batata y ajo.
El centro ha fortalecido además la Alianza Científico-Campesina, facilitando el intercambio entre saberes tradicionales y la academia. Este enfoque enriquece el conocimiento colectivo y permite al país ahorrar miles de millones de dólares en importación de semillas.
En colaboración activa con centros científicos, el Cebisa desarrolla proyectos innovadores como la producción aeropónica de semillas prebásicas de papa y el desarrollo masal selectivo mediante semillas botánicas.
Otra importante iniciativa incluye el uso alternativo del agar a base de yuca, llevado a cabo junto al Centro de Ecología del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), así como la elaboración de biofertilizantes para propagación vegetativa en asociación con el Instituto Venezolano de Estudios Avanzados (IDEA).
Además, trabaja en el establecimiento de un banco vivo de germoplasma mediante técnicas aeropónicas y evaluaciones detalladas sobre las variedades María Bonita y Granola.
Más allá de sus labores científicas, el centro dirige esfuerzos hacia la formación y la asesoría técnica bajo un esquema participativo que conecta directamente al productor con el producto.
De Venezuela próximamente para el mundo
Con su compromiso con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (ONU), el Cebisa se postula como Laboratorio Tipo II ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), marcando un paso clave hacia el reconocimiento global de su labor en favor de la soberanía alimentaria y la ciencia accesible para todos.
Los institutos y centros de Categoría II sirven como polos que reúnen expertos internacionales o regionales y brindan asistencia técnica y servicios a los Estados miembros, los socios y la organización.
Mincyt / Prensa / AE




