(Caracas, 20 de noviembre de 2025).- Estudiantes de la Universidad Nacional de las Ciencias Dr. Humberto Fernández-Morán disfrutaron de la segunda clase sobre Bioética para la Vida, dictada por la rectora de esta casa de estudios, Gabriela Jiménez Ramírez, quien abordó en esta ocasión los principios del altruismo.
La clase se paseó por la historia, desde los neandertales al homo sapiens moderno, para determinar cómo se forjan estos principios y cómo influyen en el desarrollo científico-tecnológico, para que las prácticas profesionales sean las más adecuadas, según lo establecido en las leyes de cada nación y normas internacionales que orientan el respeto a la dignidad humana, animal y de la naturaleza.
Al respecto, la rectora Gabriela Jiménez Ramírez refirió que “la bioética es una fuerza filosófica, de comportamiento, que empuja la vida”.
Recordó, además, que la bioética se basa en los principios de la precaución y la beneficencia, que tienen que ver “con el cuido de la vida”.
Asimismo, los jóvenes tuvieron la oportunidad de compartir sus reflexiones sobre el valor que tiene el altruismo para su vida profesional, entendiendo que es parte de la vida en comunidad, donde niños, niñas, jóvenes y adultos tienen la capacidad de ayudar al otro sin esperar nada a cambio.
“Coincidimos en que el altruismo surge para empujar la vida”, señaló la rectora.
Durante la clase, también se repasó el proceso de dominación cultural desde la visión eurocéntrica que saqueó desde los recursos minerales de los pueblos del Sur Global hasta sus propios conocimientos para hacerlos pasar como propios.
En este sentido, la rectora Gabriela Jiménez Ramírez precisó que esto también aplicó en los procesos de investigación científica, negando incluso estudios profundos sobre el cerebro de las mujeres o generando medicamentos que al no ser amplios en su investigación niegan las condiciones biológicas de las comunidades afrodescendientes.
Comentó que el caso del desarrollo de las tecnologías también debe contemplar los principios de la bioética.
“Actualmente, en Inteligencia Artificial, 7 % de la mano de obra técnica que desarrolla algoritmos en IA son mujeres y 33 % de la mano científica mundial son mujeres”, explicó. También indicó que “80 % de los salarios en carreras científicas lo concentran los hombres; por eso, hablar de principios bioéticos es extremadamente esencial, más en el proceso de formación de nuestros jóvenes”.
Por ese motivo manifestó que es “indispensable tener un comportamiento bioético a todo nivel del conocimiento, dejar que el altruismo se exprese especialmente en un mundo donde se posiciona la individualidad. No hay ética sin conciencia”.
Luego de la clase, el joven José Chávez consideró que es “impresionante saber que desde nuestras raíces todos los seres humanos somos altruistas, buscamos ayudar al prójimo (…) y así construir una mejor sociedad. La bioética nace de este mismo deseo, construir no solo para mí sino para el prójimo”.
Señaló que como estudiante de Ingeniería en Inteligencia Artificial estos principios son fundamentales para la protección de la ciberseguridad, de los datos de los venezolanos y venezolanas, así como “para el desarrollo del país, tanto en la parte tecnológica como la parte de salud”.
En tanto, Yenny Arteaga, también estudiante de esta carrera, expresó que la bioética es esencial en el desarrollo de la inteligencia artificial “hacia una tecnología y una ciencia que esté dirigida hacia la paz y hacia el bien común”.
Mincyt / Prensa: VG / Fotos: CR.

























