(Caracas, 13 de marzo de 2025).- El I Encuentro Científico Tecnológico: Energía, Ambiente y Petróleo (ECT-EAP), celebrado en el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), fue el escenario donde se presentaron diversas líneas de investigación en curso, así como las capacidades de los laboratorios para ofrecer soluciones a la industria. Este esfuerzo busca consolidar convenios de investigación, servicios y formación, contribuyendo así al desarrollo sostenible del país.
Una de las ponencias destacadas fue la presentación del doctor Saúl Flores, jefe del Laboratorio de Ecología de Suelos, Ambiente y Agricultura del IVIC, quien expuso los avances de una investigación pionera sobre el uso de biomasas agroindustriales para el biotratamiento de desechos con hidrocarburos.
El doctor Flores destacó que el estudio evalúa el uso de fuentes de biomasa vegetal agroindustrial, como la cáscara de arroz, la tusa de maíz, el bagazo de sábila y las cápsulas de moringa, como sustratos viables para la remediación y bioestimulación de suelos contaminados con hidrocarburos.
Estos materiales, de fácil obtención, demostraron un gran potencial para la captura e inmovilización de metales pesados, así como para la estimulación de la actividad microbiológica del suelo. “Los resultados hasta la fecha demuestran que todos los sustratos presentan un gran potencial como aditivos en los procesos de biorremediación y bioestimulación de zonas contaminadas con hidrocarburos”, afirmó el doctor Flores.
Además, resaltó que estos residuos agroindustriales, que suelen ser desechados, pueden convertirse en herramientas sostenibles y no invasivas para la remediación ambiental, aportando un valor agregado significativo.
El investigador también compartió aplicaciones prácticas derivadas del estudio, como el desarrollo de biofiltros para la absorción de metales pesados en el agua, un diseño sencillo y accesible que puede beneficiar a comunidades afectadas por este problema de salud.
Asimismo, destacó el potencial de las cápsulas de moringa para la extracción de metales pesados y el uso de la tusa de maíz como bioestimulador del suelo. “La idea es que, a partir de estos residuos agroindustriales, podamos generar soluciones innovadoras y sostenibles que contribuyan al desarrollo tecnológico y ambiental del país”, señaló el doctor Flores.
El ECT-EAP no solo sirvió como plataforma para presentar avances científicos, sino también como un espacio para fortalecer la colaboración entre la academia y la industria. Este tipo de iniciativas son fundamentales para enfrentar los desafíos ambientales y tecnológicos de Venezuela, promoviendo un desarrollo sostenible y equitativo.
El evento concluyó con un llamado a continuar fortaleciendo estos vínculos y a explorar nuevas oportunidades de colaboración que permitan transformar el conocimiento científico en soluciones concretas para el país.

Prensa IVIC / IM /