Durante 14 años, la cumanesa se ha destacado como investigadora al frente de la Estación de Investigaciones Marinas Mochima de la Fundación Instituto de Estudios Avanzados (IDEA).
Afable y con una sonrisa contagiante que se mezcla con la tranquilidad de las aguas de la Bahía de Mochima, se nos presenta Carol Lárez, una cumanesa que ha asumido su trabajo como guardiana de este paradisíaco ambiente marino del oriente venezolano, al formar parte del proyecto Unomia, una investigación determinante para hacer frente a la invasión y reproducción del coral blando Unomia Stonolifera que pone en riesgo la biodiversidad del Parque Nacional Mochima en el estado Sucre.
Esta bióloga, inspirada en sus padres quienes tuvieron que moverse desde la Península de Paria, para iniciar su carrera como biólogos en la Universidad de Oriente (UDO), Núcleo Sucre, fue la encargada de materializar las aspiraciones de sus progenitores, dado que éstos no pudieron culminar sus estudios tras su nacimiento, por tanto, la vida le tendría preparada darle continuidad a ese sueño, y no solo estudiar biología, sino integrar a ese grupo de mujeres valerosas que trabajan de manera incansable por la Bahía de Mochima.
Para quien en sus inicios se había perfilado como maestra de educación inicial, las historias y fascinación de su padre por la vida marina, fue el aliciente perfecto para inclinarse por la biología, ya que no estaba entre sus planes la educación integral y menos el trabajo social, opciones ofertadas en su momento en la UDO-Sucre.
“Ver a mi papá metido en el mar, buceando, pescando, eventualmente entraba yo en la playa, pero no se me da lo del buceo fácilmente a pesar de ello. Cuando estudio biología, la carrera me encanta, pero me gusta es el área de los laboratorios” relata de forma emocionada una mujer comprometida con su trabajo de investigación de campo y laboratorio para mitigar los efectos de la Unomia en el equilibrio y ecosistema de la vida marina de Mochima.
En defensa de la biota
Desde el 15 de agosto de 2010, Carol Lárez forma parte de las investigadoras de la Fundación Instituto de Estudios Avanzados (IDEA) siendo su línea de experticia la ecotoxicología, que persigue la evaluación de los efectos contaminantes sobre la biota de escaso movimiento.
En este sentido, Lárez detalla que su trabajo consiste en montar ensayos en laboratorio para buscar algún contaminante de interés que pueda causar daño; por ejemplo, los lubricantes usados en motores de las lanchas, y ver cómo éstos pueden impactar en organismos como los erizos y otras especies marinas.
Agrega que también viene trabajando en los manglares con la caracterización del Parque Nacional Mochima y el carbono sobre los sedimentos.
“A raíz de la interferencia del hombre y la industrialización, se han venido generando una serie de gases de efecto invernadero que están causando daños en el ambiente, muchos de estos gases se acumulan en forma de carbono, son secuestrados en los sedimentos, sobre todo los suelos de los manglares, los pastos marinos y las marismas, son las que tienen esa gran capacidad de secuestrar ese carbono que está allí; y por ello, la importancia de estudiar el carbono en los sedimentos” explica.
Otra acción encomiable de Carol, reviste en su participación en el proyecto Unomia, que junto a las expertas Sinatra Salazar y Migdalia Arcia, conforma la tríada conocida como “Las capitanas” de la Estación de Investigaciones Marinas Mochima de la Fundación de IDEA. Un proyecto que tiene un potencial de divulgación y aprendizaje para el despertar de la conciencia de los estudiantes en pro de garantizar la conservación de sus hábitats y ecosistemas, no solo por la invasión de la Unomia, sino también para fomentar la educación ambiental en las comunidades circunvecinas.
Mujeres, ejemplo de compromiso y fortaleza
Para Carol, el rol de las mujeres como lideresas reside en la capacidad, de éstas, en
articular acciones de organización social y la concreción de proyectos desde diversos ámbitos.
“Nosotras como mujeres tenemos la capacidad de llamar a la organización de las personas y el compromiso de mantener nuestra palabra, sin postergar los compromisos que venimos adquiriendo, siendo una de nuestras fortalezas, a parte de que cada una de nosotras desde nuestras líneas de trabajo, permiten que la investigación se nutra, que puedan salir muchos más avances, y aportar un granito a nuestro proyecto” enfatiza la bióloga.
Por consiguiente, la cumanesa consciente de la participación de las mujeres en la ciencia y tecnología, invita a las niñas y adolescentes a ocupar los espacios del conocimiento en vocaciones científicas, ya que, como ella en su momento, “es un mundo muy diverso donde no te vas a fastidiar, porque tienes muchas cosas que hacer no es un trabajo mecánico, sino porque tienes las posibilidades de ver un horizonte más amplio, de acuerdo a las curiosidades y la intención que tú tengas de trabajar”.
La historia de Carol, científica y madre, ejemplifica la importancia de contar con la contribución de las féminas en trabajos y aportes esenciales para la conservación del medio ambiente venezolano, sobre todo en sus ecosistemas marinos, por tanto, la visibilización de lo que vienen realizando científicas como Carol Lárez, los cuales se enmarcan en el desarrollo de estrategias para mitigar impacto ambiental y la preservación del planeta frente a la crisis climática; tal y como se contempla en el sexto eje de Transformación Ecológica de las 7 Transformaciones, un plan propuesto por el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, y que son impulsadas desde el Ministerio del Poder Popular para la Ciencia y Tecnología (Mincyt).
Prensa: Polo Científico y Tecnológico Venezolano / Textos: Jack Bravo / Fotografías: Candi Moncada.