Debatir sobre la energía nuclear siempre ha generado gran controversia en la población por los incidentes ocurridos a nivel mundial debido al uso inadecuado que muchas veces se le ha dado. Sin embargo, la tecnología nuclear ha demostrado ser una herramienta invaluable en Venezuela, sobre todo en campos como la salud, agricultura, industria, entre otros; incluso, se ha convertido en una parte importante para combatir el cambio climático.
Para ello es necesario conocer inicialmente el concepto base de radiación, que según el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), es energía que se desplaza de una forma y se puede describir como ondas o un conjunto de partículas. Así lo resaltó la ingeniera de la Fundación Centro Nacional de Desarrollo e Investigación en Telecomunicaciones (Cendit), Yaneime Umbría, quien cursó una carrera de especialización en Argentina sobre protección radiológica y seguridad de las fuentes de radiación.
Umbría lideró la ponencia “Protección radiológica y seguridad de las fuentes de radiación”, dirigida a todos los trabajadores y trabajadoras de la institución, como un encuentro para la actualización y discusión de temas de interés, a fin de promover el pensamiento crítico de la fuerza laboral y además crear un acercamiento a los acontecimientos más actualizados desde el intercambio de saberes.
En el mundo, existen dos tipos de radiaciones; las ionizantes que se muestran en los tratamientos para enfermedades como el cáncer a través de los rayos gamma, así como los rayos X y algunos materiales que se usan en las centrales nucleares; y las no ionizantes; estas particularmente están presentes en la vida diaria de cualquier individuo ya que se encuentran en las ondas de radio, microondas, la luz visible como el sol, entre otras.
¿Por qué es necesario protegerse de las radiaciones ionizantes si tienen tantos beneficios?
La radiación ionizante, a pesar de las numerosas ventajas que ofrece en campos como la medicina, industria e investigación, también puede presentar riesgos para la salud si no se maneja de manera adecuada. La clave está en la dosis; al igual que muchos medicamentos, la radiación puede ser beneficiosa en pequeñas dosis, pero perjudicial en grandes cantidades.
Durante la actividad, Yaneime hizo saber que la exposición excesiva y prolongada a la radiación ionizante puede causar efectos adversos en el ADN, órganos, tejidos, sistema cardiovascular, vías digestivas, entre otros. Es importante tener en consideración que, aunque estas radiaciones son favorables en muchos campos, pueden ser perjudiciales para la salud.
Para que esto no suceda, la ponente mencionó una serie de recomendaciones viables para controlar la exposición humana ante las radiaciones ionizantes, una de ellas es la limitación de dosis, es fundamental establecer límites para proteger a las personas de los efectos nocivos que pueden causar, además de la dotación de equipos de protección al personal que constantemente está expuesto de manera directa.
Cabe resaltar la importancia de inspeccionar a las instituciones que hacen uso de las tecnologías nucleares, por parte del ente regulador en el país como un acompañamiento en el tema de radioprotección, para garantizar la seguridad y la salud de las personas que trabajan con radiaciones ionizantes, así como de la población en general.
Prensa Cendit: Isabel Hernández.