Por Gabriela Jiménez Ramírez
(Caracas, 6 de marzo 2025).-La compañía australiana, Cortical Labs, ha presentado la primera computadora biológica comercial del mundo. Este innovador producto, denominado CL1, es capaz de procesar información mediante neuronas reales cultivadas a partir de células madre humanas. Su diseño promete ser más dinámico, sostenible y eficiente en el consumo de energía, en comparación con los chips de silicio empleados actualmente en modelos de inteligencia artificial (IA) de última generación.
El funcionamiento de CL1 se basa en un sistema de Inteligencia Biológica Sintética (SBI, en inglés) que integra, sobre un chip de silicio, células neuronales humanas cultivadas en laboratorio. Estas neuronas son capaces de adaptarse al entorno y formar conexiones de manera autónoma. «Las neuronas reales se cultivan en una solución rica en nutrientes que les proporciona todo lo necesario para crecer sanas. (El sistema) incluye un soporte vital interno que las mantiene vivas hasta por seis meses», explican los desarrolladores.
El microprocesador actúa como una interfaz que recibe, interpreta y envía impulsos eléctricos a las neuronas, lo que permite la comunicación bidireccional entre los componentes biológicos y el hardware. Este proceso es posible gracias a biOS, un sistema operativo único en su tipo que ejecuta un mundo simulado y transmite información a las neuronas sobre este entorno artificial. Las respuestas neuronales, a su vez, modifican dicho contexto virtual.
Los científicos de Cortical Labs destacan que una de las principales ventajas de CL1 es su eficiencia energética. “[Esta computadora] requiere insumos mínimos y consume solo una fracción de la energía utilizada por otras tecnologías, lo que permite plazos de investigación más largos”, señalan. Se estima que cada una de las unidades de procesamiento de gráficos (GPUs), empleadas en los centros de datos convencionales que soportan las cargas de trabajo de IA, puede consumir más de 3.7 millones de watts (W) al año. En contraste, un solo rack de CL1 usa entre 850 y 1,000 W.
La CL1 fue presentada en el marco del Mobile World Congress 2025, en Barcelona. Hon Weng Chong, CEO de Cortical Labs.
“Nuestra misión a largo plazo es democratizar esta tecnología y hacerla accesible a los investigadores sin necesidad de hardware ni software especializados. La CL1 es la materialización de este compromiso”, enfatizó.
Esta computadora biológica no está diseñada para sustituir a las computadoras tradicionales. Su objetivo principal es servir como herramienta de investigación para ayudar a los científicos a comprender mejor el procesamiento de información a nivel neuronal, estudiar el aprendizaje en tiempo real y ampliar el conocimiento sobre algunas enfermedades neurodegenerativas y cognitivas. Además, sus creadores enfatizan que estos estudios podrán realizarse sin recurrir a pruebas en animales, lo que ofrece una alternativa más ética y controlada para la experimentación científica.
Cortical Labs tiene previsto iniciar la comercialización de este producto en la segunda mitad de este año. La compañía también ofrecerá planes WaaS (Wetware as a Service), permitiendo a los clientes comprar tiempo en los chips y acceder a ellos de forma remota a través de la nube. «Esta plataforma permitirá a millones de investigadores, innovadores y pensadores de todo el mundo convertir el potencial del CL1 en un impacto tangible y real. Les proporcionaremos la infraestructura y el apoyo para que inviertan en I+D, e impulsen nuevos avances e investigaciones», concluyó el director ejecutivo de la empresa.
Podemos concluir con par de interrogantes, ¿es ético usar células cerebrales humanas para establecer equipos tecnológicos y su comercialización? ¿Acaso la fragmetación del ser humano ahora es una estrategia del capitalismo tecnológico?
¿Dónde están los neuroderechos para proteger la privacidad y la integridad del cerebro y la mente? La humanidad requiere un marco jurídico que se adapte a los avances de la neurociencia/neurotecnología.


