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Entre ciencia y poesía: El legado de Jesús Alberto León

Por: Gabriela Jiménez Ramírez

(Caracas, 4 de mayo de 2025).- Nacido el 19 de octubre de 1940 en el estado Aragua, Jesús Alberto León fue un faro del pensamiento, un hombre cuya vida tejía con igual maestría los hilos de la ciencia y la poesía. Reconocido internacionalmente por sus aportes a la Ecología Evolutiva Teórica, su espíritu inquisitivo lo llevó a definir la ciencia como «el oficio de buscar»: un viaje nómada tras «el esquivo mineral de la verdad», donde el investigador es «un incendiario desvalido» que solo a veces logra «encender la hoguera» del conocimiento.

Desde niño, la literatura fue su compañera. Creció entre las páginas de Hermann Hesse y Cortázar, escribiendo relatos y poemas desde los doce años. En el liceo, devoró la literatura venezolana y la filosofía —«la reina de las ciencias»—, semillas de una mente que nunca aceptó límites. Llegó a Caracas para culminar el bachillerato, destacándose siempre como «el mejor del curso», y en la Universidad Central de Venezuela (UCV) —su segunda casa— desafió lo convencional estudiando Biología y Matemáticas en paralelo.

Su sed de saber lo llevó a la Universidad de Sussex (Inglaterra), donde se doctoró en 1976 junto a su esposa, nuestra querida Dra Aragua Cedeño, también notable  científica y docente universitaria. Allí, sus ideas innovadoras encontraron eco. «Inventar para poder descubrir» era su credo: «Solo auscultamos la piel de la realidad, pero el corazón de ella nos obliga a imaginar lo invisible». Fue profesor invitado en Harvard, Stanford, Kyoto y otras universidades de prestigio, y recibió diferentes galardones y multiples reconocimientos.

El poeta que habitaba en el científico

En los años 60, mientras revolucionaba la teoría evolutiva, su pluma florecía. Arturo Uslar Pietri y Aquiles Nazoa elogiaron sus obras —Apagados y violentos (1964), Desvestiduras (1991), Riesgo de cercanía (2001)—, donde la palabra vibraba con la misma intensidad que sus ecuaciones. Integrante del grupo Tabla Redonda, compartió tertulias con Rafael Cadenas y Manuel Caballero, tejiendo amistades tan perdurables como sus versos.

Maestro de la inquietud

Para León, enseñar en la universidad no era «impartir clases, sino contagiar irreverencias». En su discurso como padrino de promoción (UCV, 2001), exhortó a los graduandos a abrazar «la intemperie de la búsqueda»: «Ustedes no egresan; quedan presos de las inquietudes que aquí les sembraron. Llevan la marca magnífica de la inconformidad». Creía en una docencia alimentada por la investigación, donde «lo transmitido no sea la tediosa rutina de lo sabido, sino la brasa ardiente de lo por saberse».

El adiós a un titán

Jesús Alberto León partió físicamente, pero su legado persiste: en los modelos matemáticos que explican la vida, en los versos que conmueven, en las aulas donde aún resuena su convicción: «La Universidad es el escenario de la libertad de preguntar, de crear».

Hoy, como él mismo musitó, «gracias por el fuego» que encendió en generaciones.

¡Gracias maestro!

Dirección: Av. Universidad, esquina El Chorro, Torre Ministerial. La Hoyada, Parroquia Catedral. Código Postal 1012 / Caracas - Venezuela.

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