Desde el herbario del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), asumieron el reto de hacer la prospección química sobre la mayor cantidad de especies de la flora venezolana, reportadas como plantas medicinales en la literatura; un promedio entre 17.000 y 20.000.
Ángel Fernández, ingeniero y director del herbario del (IVIC), destacó la importancia y el legado de esta institución, que cuenta con 23 años desde su creación. El herbario nació inicialmente como una colección asociada a un proyecto del doctor Fabián Michelangeli que se denominó “Biomedicinas del Bosque Tropical”, que buscaba hacer prospección química de plantas con fines medicinales.
Este arduo trabajo de prospección, que incluyó expediciones a lo largo y ancho del país, desde el Amazonas hasta los Andes, pasando por los Llanos y el Delta del Orinoco, dio como resultado el bioensayo y la extracción de compuestos químicos de más de 4.000 muestras de la flora venezolana.
“Algunas de ellas tuvieron resultados muy importantes. De hecho, yo debería decir que hay más de 20 o 30 doctorados y tesis de maestría que se hicieron aquí en el IVIC, en diferentes laboratorios basados en la prospección de esas plantas naturales”, destacó el director.
“Cualquier otro laboratorio o cualquier otro investigador puede continuar su estudio porque con la correcta identificación botánica y la preservación de la muestra que la respalda, hemos certificado que esa actividad pertenece a un ente biológico que tiene un nombre científico”, aseguró.
Pero el herbario del IVIC no se limitó a esta labor biomédica. A lo largo de sus 23 años de existencia, la colección ha crecido exponencialmente, pasando de apenas 1.500 o 2.000 plantas depositadas inicialmente a contar hoy con más de 72.000 especímenes de la flora de Venezuela.
“En este momento, dado el volumen que representa la colección, tenemos falta de espacio físico, tenemos falta de personal, por lo que el acceso a las muestras ha sido un poco difícil de manejar, es decir, no toda la colección está disponible para revisarse, ni siquiera para nosotros, pues una gran parte se encuentra todavía en bolsas plásticas”, señaló Fernández.
Sin embargo, la colección botánica del herbario, además de servir como un testigo biológico de importancia legal (en ella se halla depositada las muestras amparadas por el Contrato de Acceso al Recurso Genético entre el estado venezolano y el instituto), el herbario del IVIC ha contribuido a una amplia gama de estudios científicos, desde la dinámica ecológica de los ecosistemas, florulas regionales, estudios de impacto ambiental, hasta la filogenia de los frailejones, una planta endémica de las cordilleras norandinas.
“Se hicieron más de 6 000 colecciones, no sólo de frailejones, sino también de muchas plantas de los Andes. De los frailejones se recolectaron casi 1000 especímenes aquí depositados, entre ellos muchos híbridos”, señaló el experto.
El director del herbario recalcó la importancia de todas estas colecciones como testigos biológicos que permiten la continuidad de las investigaciones científicas y, a su vez, la preservación de la biodiversidad, tanto in situ como ex situ.
Abriendo ventanas al mundo de la biodiversidad
La invaluable colección de esta institución estará próximamente integrada a la mayor base de datos de biodiversidad en el ámbito mundial: El Global Biodiversity Information Facility (GBIF).
“Estamos a punto de tener la colección del herbario del IVIC, en la más grande base de datos radicada en internet, que es el GBIF”, comentó el ingeniero Fernández.
El GBIF, es una organización multinacional sin fines de lucro que reúne los esfuerzos de importantes museos, colecciones y organizaciones dedicadas al estudio de la diversidad biológica a nivel global. La integración del herbario del IVIC a esta plataforma implica un hito histórico para la preservación y el conocimiento de la flora venezolana.
“Empezaríamos con toda la data digital de las colecciones, es decir, su nombre científico, dónde está ubicada, en términos de coordenadas geográficas, la altitud a que fue encontrada, el estado, el municipio, la localidad precisa donde la recolectamos, sus características ecológicas, qué tipo de forma de vida presenta, o sea, si la planta es una hierba, es un árbol, o un arbusto. Además, indicamos si tiene flores o frutos; para qué se usa, para qué la reporta la gente de ese lugar, si es medicinal o no, cómo se usa y un largo etcétera de información que acompañe esas muestras”, detalló Fernández.
Al estar integrados a esta base de datos mundial, el herbario del IVIC, dejará de ser una colección cerrada y poco conocida, para abrirse a la mirada y el escrutinio internacional.
Prensa IVIC / Irania Medina.-