Un estudio realizado por el profesor de investigación del Instituto de Ciencias del Mar (CSIC) de Barcelona, Rafel Simó, concluyé que sin la existencia de los océanos el calentamiento global en el mundo sería aún más acelerado.
Después de haber realizado diferentes trabajos en el Atlántico Norte, el Pacífico tropical, el Índico Meridional, entre otros, Simó afirma que el océano Antártico es el mayor almacén de calor y carbono del planeta y es el punto de conexión con el resto de cuencas oceánicas del mundo, excepto la del Ártico.
En una entrevista realizada por la revista especializada Climática, el investigador indicó que «el Antártico tiene muchos efectos importantes en el medio, junto con el Ártico. Gracias a él, se regulan la temperatura del planeta y además es la máquina que enciende la circulación global para repartir el calor».
Mencionó que «los océanos juegan un papel clave en la regulación del clima a muy corto plazo, prácticamente cada día, porque son grandes fuentes de aerosoles para la formación de las nubes. Y aún más, son el transportador de calor en el planeta».
«Se podría comparar con el sistema de calefacción de casa: el océano es como una bomba que envía el agua caliente a las habitaciones de una casa una vez se ha calentado la caldera», comentó.
Explicó que las personas no tienen tanto conocimiento sobre la vida que alberga los océanos y los ecosistemas terrestres. Detalló que en estos espacios es posible encontrar elementos que sin intervención de la vida, disuelven el dióxido de carbono de la atmósfera en lugares de agua fría.
«Entre una tercera y una cuarta parte de las emisiones de las actividades humanas nos las retira el mar, por suerte», dijo.
El profesor señaló el daño que la actividad humana y las grandes empresas realizan a los océanos y en especial a la Antártida.
Resaltó que a pesar de que muchos de estos daños son irreversibles, el mundo aún esta a tiempo de generar acciones que ayuden a la protección de los ecosistemas y de la Antártida, «evidentemente, tenemos que hacer un esfuerzo en el cambio de hábitos y enfocar de manera individual nuestra vida de una forma diferente. Porque eso también lleva a cambios sociales, a que la industria y los gobiernos enfoquen las cosas de diferente manera para frenar la crisis climática. Al final, todo está relacionado».
Comentó que es importante que el mundo conozca sobre los trabajos científicos que se realizan en torno a este tipo de problemáticas, «ya hace mucho tiempo que la comunidad científica alerta de que no vamos bien y que eso puede tener consecuencias muy difíciles de frenar porque el sistema climático tiene una gran inercia. Tenemos que actuar a todos los niveles posibles».