(Caracas, 19 de marzo de 2025).- Un equipo de investigadoras venezolanas trabaja en el estudio y aplicación del uso de prácticas agrícolas climáticamente inteligentes, empleando bioinsumos con el objetivo de ofrecer a los productores y productoras del país fuentes innovadoras de nutrientes.
Esta labor es desempeñada por la Dra. Mingrelia España, investigadora de Agricultura y Soberanía Alimentaria de la Fundación Instituto de Estudios Avanzados (IDEA) y la Dra. Marcia Toro, del Instituto de Zoología y Ecología Tropical de la Universidad Central de Venezuela, como parte del compromiso asumido por Venezuela ante el Acuerdo Regional de Cooperación para la Promoción de la Ciencia y Tecnología Nucleares en América Latina y el Caribe (ARCAL), específicamente en el proyecto RLA-5090 y el Programa de Cooperación Técnica del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
Al respecto, la Dra. España precisó que en Arcal participan 15 países de América Latina y el Caribe.
“Este es un proyecto donde se fomenta el uso de prácticas agrícolas climáticamente inteligentes. Nosotros nos estamos enfocando en el uso de microorganismos con potencialidades biofertilizantes para reducir el uso de fertilizantes químicos”, precisó la investigadora venezolana.
Agregó que este trabajo, que se realizará por un periodo de cuatro años, “también se está utilizando en otra zona cultivares resistentes a estrés hídrico, mutantes obtenidos a través de radiaciones inducidas y otra serie de prácticas”.
El trabajo involucra la implementación de parcelas demostrativas en zonas productivas del país. Los dos primeros años han trabajado con caraota, por ser un rubro estratégico para la nación.
“Estamos terminando una de las primeras parcelas, que fue en caraota, un ensayo que se hizo, una parcela que se montó en Miranda en la zona de Pozo de Rosa; los productores van a poder ver, de primera mano, las ventajas del uso de estos bioinsumos”, explicó.
Agregó que algo similar se realizará con caña de azúcar, “que son los dos cultivos que Venezuela tiene el compromiso de hacer estas parcelas demostrativas para poder rendir al Proyecto ARCAL, el proyecto RLA-5090”.
Precisó que la meta es fomentar el uso de estas prácticas climáticamente inteligentes para hacer un cambio de la agricultura, “sin menoscabar la productividad agrícola, pero, al mismo tiempo, mitigando los efectos de cambio climático y si es posible incrementar la productividad agrícola”.
Con este trabajo se reduce el uso de fertilizantes nitrogenados en cultivos, que son altamente dañinos para los ecosistemas y no ofrecen resultados positivos para las siembras.
“La consecuencia es que más del 50% del nitrógeno que se aplica se pierde por volatilización que va a contribuir con efectos de gases del cambio climático o se pierde por escorrentía o por lixiviado y entonces contaminan los cuerpos de agua”, explicó la Dra. España.
Al finalizar la investigación, las naciones ARCAL deben presentar los resultados obtenidos, para generar políticas a nivel regional del uso de estos bioinsumos y de estas prácticas en general.







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