(Caracas, 18 de abril de 2025).- La Fundación Instituto de Estudios Avanzados (IDEA) promueve la sociología para fortalecimiento de la soberanía alimentaria, a través de la Dirección de Agricultura y Soberanía Alimentaria (ASA), donde impulsan un enlace científico-social con los actores que intervienen en el sector agrícola a fin generar soluciones sustentables de desarrollo.
La socióloga e investigadora del Área de Soberanía Alimentaria— IDEA, Carla Chacón, señaló que en el ASA tienen “cuatro programas de investigación y uno de ellos es el programa de estudios sociales sobre soberanía alimentaria”.
Explicó que son muchas las tareas de un sociólogo dentro de un área donde se aplica la biotecnología.
“Mucha gente se pregunta ¿qué hace un sociólogo en un área de biotecnología? hacemos muchas cosas y una de ellas es identificar patrones del área agrícola, identificar el comportamiento de actores en el área de agricultura y esto nos funciona para caracterizar esa área de producción”, enfatizó.
Chacón aseveró que actualmente tienen tres líneas de investigación: Una línea se encarga del actor colectivo, de ese sujeto que interactúa en las áreas de producción agrícola; una segunda línea de investigación es la promoción de políticas públicas del Estado para intervenir el sector y la tercera línea de investigación es la adopción de biotecnología para el desarrollo sustentable de proyectos que sean concebidos en el sector agrícola.
Intercambio para la agricultura sustentable
El investigador y sociólogo, John Dávila, comentó que desde el programa de estudios sociales sobre soberanía alimentaria participan en diversos proyectos para vincular el desarrollo biotecnológico con el trabajo que desarrollan los productores a fin de robustecer la producción de los rubros papa, yuca, cacao, caraotas entre otros.
“El intercambio con los productores desde nuestra perspectiva se realiza de una manera dual, no solamente son objetos de estudios, sino que tratamos de valorar los saberes y las prácticas que ellos contienen para así contribuir o sumarlos a los productos biotecnológicos que se crean desde el área, acotó.
Dijo que la figura del sociólogo dentro de este proceso permite crear un enlace con los conocimientos agrícolas.
“Nuestra función como sociólogos o como científicos sociales es precisamente generar ese enlace entre el productor y esos saberes y la práctica científica en el laboratorio de biotecnología agrícola», aclaró.
Actualmente, apuntó Dávila, se trabaja «en proyectos que están fomentando la agricultura climáticamente inteligente donde hemos realizado parcelas demostrativas con productores del estado Miranda, y próximamente iremos al estado Aragua».
Aseguró que el trabajo de campo es crucial para demostrar en la práctica distintos tratamientos, manejos agronómicos, pero a su vez evaluar la respuesta del productor: cómo lo concibe, cómo lo ve, cómo lo evalúa y cuál es su perspectiva a través del uso de los bioinsumos como alternativas a los productos tradicionales que son de origen químico.
“Estos proyectos son relevantes en gran medida porque de alguna manera vincula la capacidad del productor para generar conocimientos con la capacidad de los laboratorios de ciencia tecnología”, reiteró. En ese sentido, destacó el trabajo del Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología (Mincyt) a través de la Alianza Científico-Campesina.
“Gracias al trabajo que viene realizando la Alianza Científico-Campesina se crea la oportunidad de este intercambio de saberes y de generar de alguna manera ciencia pertinente para la agricultura nacional, manifestó.
Los sociólogos señalan que con estos programas, impulsados por el Gobierno Bolivariano a través del Mincyt, se busca «hacer ciencia pertinente».
Mincyt / Prensa / AP




