Por: Gabriela Jiménez Ramírez
La adicción a las pantallas y redes sociales está afectando la comprensión lectora de los jóvenes, según varios informes. En 2023, la OCDE reportó una caída significativa en habilidades lectoras y matemáticas en diversos países, marcando los peores resultados desde el inicio de las pruebas en 2000.
De acuerdo con el portal Nueva Revista, en Estados Unidos, la Evaluación Nacional del Progreso Educativo (NAEP) de 2022 mostró que el desempeño en lectura retrocedió a niveles de 1992, con solo un tercio de estudiantes alcanzando estándares básicos. Resultados similares se registraron en 2021 a través del Estudio Internacional sobre el Progreso de la Competencia Lectora, donde se indicó que el avance en comprensión lectora en países industrializados se detuvo desde 2016.
Estos datos son parecidos a los presentados en el año 2021 por el Estudio Internacional sobre el Progreso de la Competencia Lectora, que evalúa estudiantes de cuarto grado, generalmente niños de 9 a 10 años.
Según el portal web, la pandemia puede ser uno de los factores claves, no obstante, la OCDE sugiere que existen problemas estructurales más profundos en los sistemas educativos que deben ser abordados. La palabra de algunos expertos apunta a la influencia negativa de los teléfonos inteligentes y el uso excesivo de pantallas, que se correlacionan con un menor rendimiento en lectura.
El escritor y profesor universitario, Adam Kotsko, fue entrevistado por la revista Slate sobre esta situación y afirmó que durante su carrera había asignado alrededor de 30 páginas de lectura por clase, no obstante, en los últimos cinco años «los estudiantes se sienten intimidados por algo más de 10 páginas y parecen alejarse de lecturas de tan solo 20 páginas sin una comprensión real».
Este argumento se complementa con lo presentado por el profesor de la Universidad de Nueva York Jonathan Haidt en su libro The Anxious Generation, donde señala que las nuevas tecnologías son responsables de la pérdida de lectura, y de la crisis de la salud mental.
A pesar de la crítica hacia la tecnología, argumenta que no se debe demonizar su uso, sino que es fundamental establecer límites.
Estos datos alarmantes no solo se registran en Estados Unidos, según el informe presentado por el Programa para la Evaluación Internacional de las Competencias de la Población Adulta (PIAAC) en 2024, la comprensión lectora de los universitarios españoles disminuyó significativamente en la última década, pasando de 282 puntos en 2012 a 271,9 en 2023.
Según estos datos, los estudiantes españoles estarían por debajo de la media de la OCDE y la Unión Europa, y sus calificaciones serían inferiores a las de alumnos de bachillerato en países como Finlandia, Suecia y Holanda.
Expertos en educación, como Elena del Pilar Jiménez Pérez, profesora de Didáctica de la Lengua de la Universidad de Málaga, y Margarita Isabel Asensio Pastor, docente de Didáctica de la Lengua en la Universidad de Almería; han expresado su preocupación por las dificultades de los estudiantes para inferir, interpretar críticamente y sintetizar información, lo que afecta su rendimiento académico.
Los autores del informe PIAAC sugieren que el descenso en la comprensión lectora se relaciona con el aumento del uso de dispositivos electrónicos y redes sociales, que fomentan lecturas breves y dispersas.
Leer en pantallas digitales está relacionado con menor retención y concentración, mientras que herramientas como inteligencia artificial para resumir textos pueden agravar este problema.
La crisis en habilidades lectoras y matemáticas es compleja y requiere estrategias metacognitivas y programas que fomenten la lectura extensa en todas las áreas educativas.
Mincyt / Prensa/