María Terán es una dulce jovencita que, con solo 21 años, se ha convertido en un ejemplo de mujer ingeniosa, que combina la delicadeza femenina con el trabajo fuerte de la mecánica, soldadura, diseño, pintura y la construcción de piezas que integran grandes proyectos de ingeniería.
María lleva con ella la esencia de la inocencia y la timidez, lo que la hace resaltar aún más en su área de trabajo. Rodeada de pesadas máquinas y el predominio de la presencia masculina, María incorpora al trabajo su diligencia y curiosidad permanente por aprender convirtiéndola en “la niña consentida del taller”, como reveló.
Desde muy niña sentía afinidad por los trabajos de mecánica y se reflejaba en el ejemplo de su hermano mayor, quien también ejerce la misma profesión.
Graduada como Técnico Medio en Mecánica y Mantenimiento de la Escuela Técnica Industrial “Cruz Villegas”, ubicada en el municipio Urdaneta “Cúa”, de los Valles del Tuy, Miranda, fue orientada por su tutor académico a realizar las pasantías en el taller de mecánica de la Fundación Instituto de Ingeniería para la Investigación y el Desarrollo Tecnológico (FIIIDT), ubicada en las verdes montañas del Polo Científico y Tecnológico Venezolano.
En la FIIIDT pudo materializar uno de sus anhelos, poder operar maquinarias para poner en práctica toda la teoría aprendida en su escuela técnica, este lugar le ha brindado amplios conocimientos en el área y ha sido el espacio que le brindó su primera oportunidad en el campo laboral. “Me di cuenta que aquí puedo adquirir muchos conocimientos que me ayudarán en la carrera que quiero estudiar”, señaló.
Actualmente, participa en el desarrollo de distintos proyectos, como el diseño de un prototipo de carro eléctrico realizado a base de materiales nacionales a la vez que sueña con la posibilidad de estudiar ingeniería automotriz. “Lo que más me gusta son los trabajos de medición, aplicar el diseño en el Control Numérico Especializado (CNC) y trabajar en las maquinarias”.
Con el carácter sutil que posee, demuestra de manera evidente cómo la mujer traspasa las barreras de jerarquía que durante años la sociedad ha impuesto sobre las habilidades femeninas, quedando en evidencia que “así como hay trabajos que hacen los hombres, nosotras también somos capaces. Las mujeres podemos hacer cualquier tipo de trabajo, lo importante es tener la iniciativa, interés y el empeño en todo lo que se haga”.
María no pierde la oportunidad de contar cómo sus compañeros en el taller son un pilar fundamental para su crecimiento profesional, han sido para ella un apoyo permanente, son solidarios y abiertos con lo que saben, la cuidan y la orientan, la incentivan a seguir formándose y exaltan su trabajo al decir que es ella una de las mejores soldadoras del taller.
Prensa Cendit/ Isabel Hernández
