(Caracas, 01 de noviembre de 2025).- «Yo soy oriental, nací en el estado Sucre, en el pueblito más bonito del estado Sucre que se llama Irapa, con los más hermosos atardeceres», así se presenta la licenciada en Informática, Nerissa Aguilera Arteaga, una joven venezolana que creció con gran curiosidad y pasión por las computadoras y la defensa de los derechos humanos.
Hija de un soldador y de una técnica superior agropecuaria experta en cacao, Nerissa Aguilera recuerda haber crecido rodeada de ejemplo y trabajo.
«Ambos se esforzaron y trabajaron muchísimo para que tuviéramos, lo que yo recuerdo ahorita, una infancia feliz. No nos faltó nada», sostiene.
Narra que lo que más me gusta de recordar su infancia «es sentir esa libertad para salir a manejar bicicleta, que era una de las cosas que más me gustaba hacer».
Actualmente, Aguilera es licenciada en Informática, sin embargo, de niña recuerda que quería ser abogada, porque le gustaba «problematizar todo, era muy crítica desde pequeña», lo que la lleva, en varias ocasiones, a ser representante estudiantil y activista.
De Irapa, se traslada a la capital, Cumaná, donde se anotó en un curso propedéutico de ciencias. Aunque comenzó estudiando matemáticas, se inscribió en la carrera que recién se estaba abriendo, informática.
«Estudiando justamente el curso me enteré de que iban a abrir la carrera de informática y me encantaban las computadoras y me siguen encantando y me anoté en la carrera de informática en la Universidad de Oriente (UDO) Núcleo de Sucre», señala.
En la carrera, conoce el software libre trabajando en el laboratorio de cómputo científico del Departamento de Física, lo que le permitió construir un camino para trabajar en distintos áreas.
Primero, trabajó en el Laboratorio Físico-Química Teórica del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), donde se adentró en el cálculo numérico y la ciberseguridad.
«Desde aquel momento me gustaba también el tema de la seguridad informática, la ciberseguridad, todos esos temas me apasionaban».
Más adelante, su carrera la llevó a Petróleos de Venezuela (Pdvsa) y la Compañía Anónima Teléfonos de Venezuela (Cantv), siempre “trabajando en proyectos con software libre” y administrando plataformas tecnológicas.
En un entorno dominado por hombres, Nerissa comenzó a notar una gran ausencia de las mujeres en el área de software libre de Venezuela, lo que la llevó a formar parte de la fundación de Mujeres Activistas por el Software Libre.
«Nos dimos cuenta de que éramos pocas en la comunidad del software libre de Venezuela. Queríamos incorporar más mujeres, tomar la palabra, exponer en eventos, mostrar el trabajo técnico que también estábamos haciendo», señala.
Actualmente, Nerissa Aguilera es docente en la Universidad Experimental Nacional de las Telecomunicaciones y la Informática, donde imparte varias materias de pregrado y posgrado, siendo una de sus favoritas ciberseguridad, donde afirma que «es una de las áreas que más me apasiona».
Al ser interrogada sobre qué mensaje le daría a su niña interior responde que «le diría que confiara más, sobre todo en su instinto», mientras que a las jóvenes que sueñan con seguir sus pasos, les recomienda disciplina y perseverancia.
«El principal consejo que yo le daría a las niñas es que pueden lograr todo lo que se proponga. Por supuesto que a eso le tienes que añadir disciplina, constancia, perseverancia, un montón de cosas, pero lo más importante es que crean desde lo más profundo de su ser que todo lo pueden lograr, simplemente trabajando por ello», concluye.
Mincyt/Prensa/AE/Fotografías: JO



