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Ondřej Bilák: Ejemplo de la cooperación científica internacional

¿Puede el anhelo de avanzar en una investigación tener un recorrido de cerca de 9 mil kilómetros de distancia? Quizás la respuesta esté sujeta a mucha imaginación, pero es algo que logró materializar Ondřej Bilák, un joven estudiante de maestría de química de productos naturales de la Universidad Técnica Checa de Praga en República Checa, para aterrizar en Caracas y poder ampliar su potencial investigador en los espacios de la Dirección de Salud de la Unidad de Señalización y Bioquímica de Parásitos de la Fundación Instituto de Estudios Avanzados (IDEA).

Y por asombroso que parezca, mucha de esta articulación guarda relación con el tanteo de las buenas relaciones entre colegas, lo que permitió a Ondřej Bilák formar parte del acucioso equipo de trabajo a cargo del Dr. Gustavo Benaim, un equipo del cual en tan poco tiempo de estadía, no solo le hicieron sentir como uno más, sino cuyo proceso de adaptación, más allá de las barreras idiomáticas, no fue impedimento alguno para el intercambio cognitivo entre compuestos, microscopios, parásitos y la necesidad de Bilák por alcanzar sus objetivos de hacer ensayos con vectores de la enfermedad de Chagas, como el Trypanosoma cruzi, además del agente causante de la Leishmaniasis cutánea, como es el protozoario Leishmania mexicana.

Ondřej, aunque prefiere que le llamen Andrés, es afable y atiende algunas interrogantes en español, su trato es cordial y se nota la química fraternal con el equipo del Dr. Gustavo Benaim, un referente en nuestro país en la biología celular y Jefe de la Unidad de Señalización Celular y Bioquímica de Parásitos del IDEA; además de gozar de popularidad entre el talento humano del Polo Científico Tecnológico venezolano que le ha recibido como un compañero más en esta travesía por desarrollar conocimientos para la vida.

Del frío al trópico

Con apenas 24 años de edad, este estudiante de maestría en el área de química de productos naturales en la Universidad Técnica Checa de Praga, en su natal República Checa, intenta romper la timidez de la cámara de la cual no está acostumbrado y destaca que gracias a su inquietud por expandir sus estudios sobre nuevos compuestos a base de artemisinina, un medicamento para combatir la malaria, que podrían usarse en el tratamiento de enfermedades parasitarias y cáncer, obtiene el apoyo de su profesor el Dr. Michal Jurášek para realizar sus pasantías en Venezuela.

“Inicialmente tuve la idea de salir de ganar experiencia, afuera, pero no solo en República Checa, sino en Europa, y por lo tanto, lo que hice fue preguntar al Doctor Jurášek, mi tutor, sobre la posibilidad de ganar experiencia afuera, y allí me enteré que mi tutor conocía al doctor Juan de Sanctis, de origen venezolano, que a su vez conoce al Doctor Gustavo Benaim, allí se estableció el contacto, siendo esta razón por la cual pude llegar hasta acá (Venezuela)” destaca Bilák.

Un viaje que abre nuevas compuertas

Los ensayos biológicos estudiados por Ondřej bajo la supervisión del Dr. Benaim, responden al análisis de la modificación química de la artemisinina, en función de tener efectos como potencial fármaco antiparasitario.

“Hasta ahora he estado dos meses en esta investigación, yo sé que puede sonar mucho tiempo, pero en realidad para esta área es bastante poco, he estado aprendiendo todos los fundamentos básicos y de esta forma si se ha podido hacer experimentos específicamente de algunos de mis compuestos sobre parásitos como la Leishmania mexicana y la Trypanosoma Cruzi, y lo que se ha podido ver hasta ahora en algunos de estos compuestos” subraya.

Por consiguiente, el científico oriundo de un pequeño poblado checo llamado Horní Slavkov apunta que “se necesita mucha más investigación, es un trabajo que va a ser complementado en el futuro, eso abre las puertas a otras investigaciones, no solo eso, sino también conocer el mecanismo en la bioquímica, para entender que hay detrás de su muerte y los mecanismos de ese efecto antiparasitario”.

Como en casa

Para la adaptación de la estadía de Ondřej en nuestro país, el apoyo del Dr. Gustavo Benaim y su equipo ha sido vital, un hecho que señala de manera sonriente el joven estudiante checo, lo que más allá de ese sentir caribe propio del venezolano, le ha hecho sentir como en casa; a la vez que la estancia del estudiante de maestría checo se realizó en las recién remozadas residencias Miranda en el Polo Científico-Tecnológico Venezolano, que a través de la Gran Misión Ciencia, Tecnología e innovación Dr. Humberto Fernández-Morán se garantizan las comodidades para nuestros investigadores y con ello elevar las capacidades investigativas de la Patria.

“La ayuda del Dr. Benaim ha sido extremadamente importante y el equipo de investigación, debido a que me han brindado el acceso a los equipos y reactivos necesarios para los ensayos biológicos que yo quería, además de ello he contado con la orientación de todo el equipo de laboratorio del cual está a cargo del Dr. Benaim. Dado que no tenía experiencia con ensayos biológicos, y he tenido ese apoyo y ayuda de su equipo ha sido extremadamente importante para poder realizar mis ensayos” manifiesta.

Sobre este aspecto, el propio Dr. Benaim, devuelve la deferencia a Ondřej, “es realmente excepcional, un muchacho muy joven, que todavía está haciendo su maestría en República Checa, hemos tenido bastante suerte, porque se adaptó muy bien al país, y en poco tiempo logramos que él aprendiera manipular y estudiar los parásitos, así como las diferentes drogas sobre los parásitos, entre ellas la artemisinina”.

Acotó que los compuestos desarrollados por Ondřej, permitirán que se siga trabajando farmacológicamente en la Unidad de Señalización y Bioquímica de Parásitos del IDEA, lo que fortalece la cooperación científica internacional.

Experiencia inigualable

Esta travesía realizada por el estudiante de química checo, ha sido de total agradecimiento no solo por la oportunidad de haber sido recibido con las puertas abiertas en el IDEA, sino también por las personas que han formado parte de su “experiencia inigualable”.

“Estoy muy contento, agradecido por esta oportunidad, porque he tenido la oportunidad de conocer muchas personas muy buenas, no solo en el laboratorio, sino también en el país, y eso me contenta mucho, y enfatizo mi agradecimiento de esta oportunidad que ha sido una gran experiencia para mí” expresa.

Revela Ondřej que dicha aventura académica representa un ejemplo de cómo se pueden establecer la cooperación de países como República Checa y Venezuela, dado que este intercambio en compuestos con efectos antiparasitarios puede “atender la problemática de estas enfermedades, que no están limitadas en un área, sino que puede extenderse a nivel mundial”.

Un propósito que se vincula a las políticas de diplomacia de paz que impulsa el Estado venezolano y que desde el Ministerio del Poder Popular para la Ciencia y Tecnología hace de la ciencia para la vida una premisa de la cual no existen las fronteras, cuando el conocimiento es aplicado al bienestar de la humanidad.

Prensa: Polo Científico Tecnológico Venezolano / Texto: Jack Bravo/ Fotos: Candi Moncada

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