(Caracas, 04 de noviembre de 2025).- En el laboratorio de Micología del Centro de Microbiología y Biología Celular del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) se realiza un proyecto de investigación para producir lipasas fúngicas de interés biotecnológico a partir de residuos oleicos y agroindustriales.
Este proyecto, dirigido por la magíster en Biología Molecular Carmen Rivas y financiado por el Fondo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Fonacit), tiene como objetivo desarrollar una solución nacional para la producción de estas enzimas, con un enfoque en la sostenibilidad ambiental y la reducción de costos.
La principal motivación detrás del proyecto es la necesidad de generar desarrollos biotecnológicos con capacidades propias que permitan la obtención de insumos nacionales.
«Como objetivo final buscamos tener productos propios que en definitiva se puedan traducir en sustitución de importaciones de productos de esta naturaleza», expresa la magíster en Biología Molecular.
El objetivo de la investigación es la producción de lipasas, unas enzimas que desempeñan un papel fundamental en la hidrólisis de los triglicéridos, facilitando diversos procesos industriales y biotecnológicos.
Rivas destaca que «las lipasas son hidrolasas, participan en la hidrólisis de los triglicéridos y facilitan ciertos procesos en distintos escenarios donde las podamos aplicar», así como señala que este tipo de enzimas tiene múltiples aplicaciones, desde la biorremediación ambiental hasta la industria alimentaria, cosmética y médica.
«La idea es tener un desarrollo biotecnológico desde el inicio, desde la obtención de las cepas microbianas productoras de este tipo de productos, escogerlas, caracterizarlas, evaluarlas en la producción de esta enzima y obtener la mejor productora en la mejor condición de laboratorio para extrapolar luego esas condiciones a la producción a mayor escala», puntualiza.
Una de las características más destacadas de este proyecto es el uso de residuos oleicos y agroindustriales como sustratos para la producción de lipasas, el cual no solo reduce el costo de la materia prima, sino que también contribuye a resolver el problema ambiental generado por la contaminación con aceites.
Este enfoque también resalta la naturaleza multidisciplinaria de la biotecnología. «Esto quiere decir que no solamente los microbiólogos estamos en el desarrollo de estos procesos, sino que intervienen también otras disciplinas», añade la experta.
En la fase inicial de la investigación, las cepas productoras de lipasas fueron seleccionadas a partir de muestras ambientales, como suelos y aire. El objetivo fue minimizar los riesgos asociados al uso de microorganismos potencialmente peligrosos y garantizar un entorno controlado en el laboratorio.
Las cepas seleccionadas pertenecen a los géneros Cándida y Tricosporum, destacándose especies como Cándida parapsilosis, y Trichosporon, específicamente Coremiiforme y Asahii. Estas levaduras, detalla la especialista, fueron elegidas por ser fáciles de cultivar y manejar en el laboratorio. A partir de estas cepas, se establecieron las condiciones de cultivo óptimas para maximizar la producción de lipasas.
El proyecto avanza hacia la posible producción a mayor escala de lipasas fúngicas. Para ello, los investigadores planean realizar una producción heteróloga con proteínas recombinantes. Esto implicaría identificar el gen productor de lipasa y clonarlo en un sistema de producción más eficiente.
A pesar de que las lipasas tienen una amplia variedad de aplicaciones, la investigación en el IVIC se enfoca principalmente en su potencial aplicación médica para el tratamiento de micosis cutáneas.
Para Rivas, el impacto del proyecto tiene un impacto para la población y para la nación, puesto que al generar un producto biotecnológico nacional, se reduce la dependencia de importaciones y se contribuye al ahorro de divisas.
Mincyt/Prensa/AE/Fotografías: JM





