(Caracas, 09 de agosto de 2025).- Cada 9 de agosto se conmemora el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, una fecha proclamada por la Organización de Naciones Unidas (ONU) para reconocer la riqueza cultural, lingüística, histórica y espiritual de los más de 476 millones de indígenas en el mundo.
De acuerdo con datos de la ONU, los pueblos indígenas constituyen alrededor del 6% de la población mundial, pero también se encuentra entre las poblaciones más vulnerables.
En Venezuela, con la llegada de la Revolución Bolivariana, se reconoce a los más de 40 pueblos originarios que hacen vida en el país, como guardianes de tradiciones ancestrales y como protagonistas en el avance de la ciencia desde sus propios saberes.
En la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela queda establecido el reconocimiento de los pueblos y comunidades indígenas y en su artículo 122 se expresa que los pueblos indígenas “tienen derecho a una salud integral que considere sus prácticas y culturas. El Estado reconocerá su medicina tradicional y las terapias complementarias, con sujeción a principios bioéticos”.
Los pueblos indígenas son portadores de un conocimiento sobre los ecosistemas, las plantas medicinales y el equilibrio entre el ser humano y la naturaleza. Estos saberes ancestrales hoy se articulan con las políticas del Gobierno Bolivariano del presidente de la República, Nicolás Maduro, para la construcción de una ciencia con identidad y justicia social.
Centro de Investigación Científica Tradicional y Ancestral: Ciencia hecha desde sus orígenes
En el estado Amazonas, el pasado mes de octubre el Gobierno Bolivariano inauguró el Centro de Investigación Científica Tradicional y Ancestral, un espacio que marca un antes y un después para la articulación entre el conocimiento indígena y la investigación científica.
Desde este centro, se fomenta el diálogo entre las comunidades indígenas e investigadores, reconociendo la validez de los saberes ancestrales como una ciencia viva y útil para la humanidad.
En este espacio, que cuenta con seis laboratorios, se fortalece la cohesión social y el bienestar comunitario, así como mejorar el acceso a tratamientos de salud, pese a las Medidas Coercitivas Unilaterales impuestas por el gobierno de Estados Unidos, que dificulta el acceso a tratamientos para el pueblo.
En el área de medicina ancestral, en marzo pasado, la ministra para Ciencia y Tecnología, Gabriela Jiménez Ramírez, recordó que en la Asamblea Nacional se encuentra un proyecto de ley para reconocer y proteger el conocimiento ancestral relacionado con la medicina natural, destacando la importancia cultural de las plantas medicinales, minerales y animales.
Ciencia y salud para los pueblos
En Venezuela la atención a las comunidades indígenas ha sido un derecho garantizado en nuestra Carta Magna, por lo que su agenda, tanto científica y sanitaria, está creada para alcanzar todos los rincones de la Patria.
Desde el Ministerio para Ciencia y Tecnología y sus entes adscritos desplegados en el territorio, se han encargado de que la ciencia llegue a las nuevas generaciones, a través de la instalación de salas de ciencias en varias localidades del estado Amazonas.
Estos espacios, creados en colaboración con el Centro Nacional de Tecnología Química (CNTQ), el Centro de Desarrollo de la Calidad Educativa (CDCE) y la Fundación para el Desarrollo de la Ciencia y la Tecnología (Fundacite), están equipados con herramientas tecnológicas y material educativo adaptado para acercar a niñas y niños indígenas al pensamiento científico, al tiempo que se promueve el respeto por sus raíces culturales.
Por su parte, en el estado Zulia, la Fundación Institución Zuliano de Investigaciones Tecnológicas ha realizado diversas acciones en comunidades indígenas.
Por el futuro
Para este año, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) hizo énfasis en los avances tecnológicos con el lema Pueblos Indígenas e IA: defendiendo sus derechos de cara al futuro.
La Unesco alerta sobre el uso indebido de los datos, conocimientos e identidades indígenas, debido a que la gran mayoría de sus modelos son desarrollados sin la participación de sus comunidades.
Mincyt/Prensa/AE