Por: Gabriela Jiménez Ramírez
(Caracas, 24 de julio de 2025).- La Revista Joyrnal of Human Development and Capabilities publicó un alarmante estudio donde revela la situación de la salud mental de los niños y niñas, que cuentan con un teléfono móvil antes de los 13 años.
El estudio fue realizado por Sapien Labs, una organización científica fundada y dirigida por la neurocientífica de la Universidad estadounidense de Stanford, Tara Thiagarajan, que alberga una de las mayores bases de datos del mundo sobre salud mental.
El informe, reseñado por la revista científica SINC, evidencia que los niños y niñas que recibieron su primer smartphone a los 12 años o antes son más propensos a experimentar pensamientos suicidas, agresividad, desconexión de la realidad, inestabilidad emocional y baja autoestima.
El estudio también destaca diferencias de género en los efectos de la posesión temprana de un móvil. Las mujeres tienden a mostrar una disminución en la autoestima y la resiliencia emocional, mientras que los hombres presentan menor estabilidad, tranquilidad, confianza en sí mismos y empatía al llegar a la adultez.
En el artículo publicado por la Revista Joyrnal of Human Development and Capabilities, se hace referencia también a otro análisis donde se señala que el acceso temprano a las redes sociales es responsable de aproximadamente el 40% de la relación entre la posesión de un móvil en la infancia y la mala salud mental en la adultez.
A esta actitud se suman otros factores como las malas relaciones familiares, ciberacoso y trastornos del sueño, que también pueden ser fomentados por el uso excesivo de las redes sociales.
De hecho, los autores de este estudio advierten que las redes sociales fomentan comparaciones entre individuos, consumen tiempo y afectan el sueño, perjudicial para los niños que aún siguen en etapa de crecimiento y adaptación a su entorno, lo que lleva a generar problemas como agresividad y pensamientos suicidas, sobre todo en los adultos jóvenes.
«Los efectos negativos de las redes sociales negativos de las redes sociales son especialmente perjudiciales para los niños dada su vulnerabilidad», expresó Tara Thiagarajan.
Los autores concluyen que el potencial daño es demasiado grande para ser ignorado, justificando así una respuesta preventiva, por lo que ante estos hallazgos, instan a los Estados a adoptar un enfoque preventivo similar al de las regulaciones sobre el alcohol y el tabaco, sugiriendo restricciones en el acceso a teléfonos inteligentes para menores.