Hace 201 millones de años, en el período Jurásico, un dinosaurio se paseaba por el territorio que hoy conocemos como Venezuela. Gracias a la ciencia, el fósil de un ejemplar fue descubierto en el estado Táchira, desde entonces, los venezolanos tenemos nuestro propio dinosaurio: el Tachiraptor.
El Museo de Ciencias de Caracas, recientemente abrió sus puertas al público, tras la reestructuración que realizara el Gobierno Nacional mediante el Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología (Mincyt) y sus entes ejecutores el Fondo Nacional de Ciencia y Tecnología (Fonacit) y la Corporación para el Desarrollo Científico y Tecnológico (Codecyt), para exponer la mejor oferta cultural, científica y tecnológica a los citadinos.
El recorrido inicial por el museo, permite apreciar la majestuosidad de la Jirafa Cameropardalis, acompañada por su vecino Tachiraptor Admirabilis, una construcción artística y creativa del paleo artista Gerardo Guillen, que recrearon la imagen de uno de los primeros fósiles de dinosaurios encontrados en Venezuela, cuyo hallazgo desmontó la hipótesis de que en esta región del continente no existieron los dinosaurios.
“Lo encontraron en el Cerro Machiri en La Quinta, estado Táchira. De sus partes fueron hallados los huesos de la tibia y el isquion proximal, con las investigaciones se descubrió que su longitud era de 1,5 a 2 metros y de contextura grácil”, contó Marcos Saumeli, guía del Museo de Ciencias.
El Museo de Ciencias, ofrece recorridos de dos horas y media aproximadamente, de jueves a domingo desde las 10:00 de la mañana hasta las 4:00 de la tarde, dando detalles únicos de la historia científica, tecnológica y de otros ámbitos de la naturaleza de Venezuela y el mundo. El Tachiraptor, también tiene una historia y origen admirable.
“El nombre de Tachiraptor proviene del Tachi, por su origen en el estado Táchira donde se encontró, raptor que viene de la palabra en latín: ladrón, y admirabilis porque rinde honor a la Campaña Admirable del libertador Simón Bolívar que se llevó a cabo en La Grita, ubicada a unos 4 kilómetros del yacimiento donde se hallaron sus fósiles”, relató Marcos.
La muestra del pasado jurásico de la fauna venezolana, fue expuesta el 1 de octubre de 2014 -un año y 8 meses después de ser halladas- en el artículo científico denominado “Nuevo dinosaurio (Theropoda, tallo-Averostra) del Jurásico más antiguo de la formación La Quinta, Andes venezolanos”, por un equipo de investigadores encabezados por Andrés Solórzano y Ascanio D. Rincón del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC); Max C. Langer, de la Universidad de Sao Paulo, Brasil; Jahandar Ramezani, del Instituto de Tecnología de Massachusetts, Estados Unidos y Oliver W. M. Rauhut, de la Universidad de Múnich, en Alemania.
Cuando se observa de cerca al Tachiraptor, se pueden apreciar sus más de 50 dientes super afilados, su colorido rostro amarillento y naranja que hacen un perfecto contraste con sus impresionantes ojos; y un pelaje pintado con parches negros, destellos de naranja y blanco que cubren todo su cuerpo apoyado en sus dos patas para correr, y unas garras para capturar y mantener las presas sobre su boca.
Los guías del museo cuentan que su alimentación era completamente carnívora pues pertenecía al grupo de dinosaurios terópodos carnívoros, según la pirámide alimentaria de los animales prehistóricos. Para comer, el Tachiraptor corría detrás de sus presas para capturarlas, matarlas y desmembrarlas acabando con sus víctimas.
El trabajo de científico de venezolanos junto a colaboradores de otros países, es una muestra de las capacidades del país para trabajar en conjunto por una ciencia más abierta y para la vida, y que sus resultados se pueden exponer en un renovado Museo de Ciencias, que impone el amor y respeto por la naturaleza, y el valor que debe darse a los avances científicos y tecnológicos del país.
Oficina de Gestión Comunicacional del Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología/ Periodista: Rosiris Ortega Ortiz