(Caracas, 11 de septiembre de 2025).- Considerado como el mayor depredador de América Latina, el caimán del Orinoco (Crocodylus intermedius), es una especie endémica de los llanos venezolanos y colombianos. Desde 1996, se encuentra en Peligro Crítico de Extinción, según la declaración de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza; además, es protegida por el Apéndice I de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres.
Para preservarlos de la caza indiscriminada para comercializar su piel y de enfermedades producidas por efectos del cambio climático sobre su hábitat, se han creado zoocriaderos, uno de ellos en la Universidad Nacional Experimental de los Llanos Occidentales Ezequiel Zamora (Unellez), donde se garantiza la cría y reproducción para su reintroducción en su área de distribución histórica: la cuenca del río Orinoco.
En estas labores se involucran científicos venezolanos interesados en caracterizar la comunidad bacteriana de estas especies, tomando muestras del hocico y la cloaca (tracto digestivo), con el objetivo de ampliar los conocimientos y acompañar su preservación.
La doctora María Alexandra García, bióloga e investigadora del laboratorio de Fisiología Gastrointestinal del Centro de Bioquímica y Biofísica del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), lidera estos estudios que realizan con muestras tomadas directamente de los caimanes que están protegidos en la Unellez sede Guanare, estado Portuguesa.
«Siempre estos estudios son a nivel ecológico, pero con el auge de la microbiología y de la ecología microbiana hemos visto que es importante estudiar los microorganismos que encierran, empezamos por estudiar a los adultos, que son los que están en cautiverio», explica la investigadora.
Indica que con estas nuevas técnicas de estudios se ha determinado la gran diversidad de microorganismos relacionados con muchas funciones, en los vertebrados principalmente.
«De estas especies en peligro de extinción se conoce muy poco y hay que aprovechar estos lugares de zoocriadero, donde están manteniéndolos, para empezar a trabajar sobre ellos y después hacerlo en los animales silvestres».
Precisa que sobre la fauna silvestre es muy difícil saber el momento exacto en que se desarrollan las enfermedades, solo se conoce cuando está bastante avanzada. Los estudios a largo plazo de los microorganismos presentes permiten tener una mayor comprensión de estos y otros fenómenos.
Las investigaciones sobre los microorganismos del caimán del Orinoco involucran el trabajo multidisciplinario de ecólogos, veterinarios y microbiólogos, empleando técnicas de secuenciación masiva de nueva generación, que permiten «amplificar una gran cantidad de genes en muy poco tiempo y de una gran diversidad».
La experta menciona que otro beneficio de la microbiología es que permite extraer el ácido desoxirribonucleico (ADN), sin necesidad de tener a la bacteria cultivada. «El problema con los medios de cultivo es que como no conoces a las bacterias que están presentes no sabes qué necesitan para crecer. En cambio, con estas técnicas de nueva generación puedes extraer el ADN de todas las bacterias, tener una idea más real sobre cuántas tiene, géneros, especies».
Agrega que en el caso del caimán del Orinoco secuencian «un fragmento pequeño del Gen 16S que se encuentra en la bacteria» para con las diferentes secuencias determinar «cómo es la comunidad bacteriana, cómo se distribuyen y cómo cambian». Al respecto, explica que han descubierto que esta especie tiene una «comunidad muy diversa, muy amplia y que está principalmente compuesta por proteobacterias». El estudio inició el patógeno del género Helicobacter.
La doctora María Alexandra García explica que la ventaja de estos estudios en fauna silvestre es que se amplían los conocimientos sobre el tema; comenta que la mayoría de las investigaciones se han hecho en humanos o animales domésticos.
«Entonces, todos los estudios que se hagan en fauna silvestre son pioneros y son súper importantes; te ayudan a hacer planes de conservación, a mejorar la alimentación, sobre todo cuando tenemos zoocriaderos o están en zoológicos», puntualiza.
Mincyt / Prensa: VG / Fotos: JM / Foto portada: EO.




