Un equipo de científicos holandeses crea minicerebros que pueden seguir creciendo en el laboratorio, usando tejido cerebral de un feto humano donado para la investigación tras un aborto.
El estudio compartido por la ministra del Poder Popular para Ciencia y Tecnología, Gabriela Jiménez Ramírez, en su cuenta en la red social X, abre nuevas posibilidades para entender el desarrollo del cerebro humano y sus trastornos, así como para probar tratamientos contra el cáncer cerebral y otras enfermedades.
Los minicerebros, también llamados organoides cerebrales, son pequeñas estructuras tridimensionales que imitan algunos aspectos del cerebro humano. Hasta ahora, se habían generado a partir de células madre individuales, pero este método tiene algunas limitaciones, como la baja reproducibilidad y la dificultad para introducir modificaciones genéticas.
En ese sentido, los investigadores del Centro Princesa Máxima para la Oncología Pediátrica y el Instituto Hubrecht, ambos en los Países Bajos, han desarrollado una nueva línea de organoides cerebrales que se basa en el uso de tejido cerebral fetal.
El trabajo, publicado en la revista científica Cell, comprobó cómo proteínas generadas por estos miniórganos se organizaban formando matrices extracelulares, estructuras sobre las que el resto de células cerebrales se multiplicaron hasta llegar al tamaño de un grano de arroz.
Las investigaciones comprobaron que a partir de una pequeña porción de tejido fetal es posible generar múltiples organoides y estos a su vez pueden generar más, lo que no solo resulta ventajoso para la reproducibilidad, sino que también se convierte en un poderoso instrumento para la ingeniería genética.
Cáncer y otras enfermedades
Los investigadores holandeses han aplicado esta nueva herramienta para investigar el cáncer cerebral, uno de los tumores más agresivos y difíciles de tratar.
Además, han inducido una mutación en el gen TP53, que es el más frecuentemente alterado en este tipo de cáncer, y han observado cómo se formaba un glioblastoma, el tumor cerebral más común y letal. Así, han podido evaluar el efecto de diferentes fármacos en este modelo, demostrando su utilidad para la experimentación.
Los organoides cerebrales con tejido fetal podrían servir para estudiar otras enfermedades que afectan al desarrollo del cerebro humano como la microcefalia.
“Los organoides cerebrales procedentes del tejido fetal son una nueva herramienta de gran valor para estudiar el desarrollo del cerebro humano”, asegura Benedetta Artegiani, líder del grupo de investigación. Explica que “ahora podemos estudiar más fácilmente el cerebro en desarrollo y observar el papel de los diferentes tipos de células y su entorno”.
El estudio plantea también algunos desafíos éticos, ya que implica el uso de tejido fetal humano y la generación de estructuras cerebrales que podrían tener algún grado de actividad neuronal.
“Por el momento, son miniórganos que apenas tienen unos milímetros y un número de neuronas muy limitado, nada que ver con los millones de neuronas que tenemos en el cerebro humano, pero, en algún momento, alguien podría lograr escalar el experimento”, señala el artículo.
Asimismo, expone que “si aumenta la complejidad de un organoide de cerebro y es posible llegar a generar un entramado capaz de intercambiar y almacenar información”, tendrían que darle un estatus ético y legal distinto al que tenían hasta ahora los grupos celulares.
Oficina de Gestión Comunicacional del Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología / Periodista: Ghiccelle Chacín.