La profesora e investigadora Orit Halpern, autora del libro ‘The Smartness Mandate’, explora las razones y consecuencias detrás de la tendencia a que todo se vuelva «inteligente» en la vida cotidiana.
En una entrevista publica en la página web News EsEuro definió la inteligencia como “hacer cosas que puedan ser beneficiosas tanto para ti, como para los otros, o para la humanidad en general”.
Al respecto, explica que la inteligencia no se limita a tener mucho conocimiento o un alto cociente intelectual, sino que implica resolver problemas cotidianos o globales de forma creativa y ética.
Sin embargo, cuestionó que en la actualidad la humanidad desea que todo sea inteligente.
¿Por qué todo tiene que ser inteligente ahora? (…) ¿Qué tiene ese término que no solo se ha convertido en algo que queremos, sino que en realidad es algo que cada vez más gobiernos, ciudades y corporaciones piensan que realmente tienen que implementar, que es un mandato?, apuntó.
En ese sentido, Halpern analizó cómo la idea de inteligencia se ha redefinido como computacional y cómo el uso de la inteligencia artificial, la big data y la computación ubicua están cambiando la forma de habitar, hacer política, economía y pensar el futuro.
Llamó a este fenómeno “el mandato de la inteligencia”, que se refiere a la asunción de que la tecnología es esencial para el progreso de la sociedad.
Sin embargo, Halpern adverte sobre los riesgos de confiar ciegamente en la tecnología y los efectos negativos que puede tener en el medio ambiente, la democracia y la diversidad.
Por tanto, sostuvo que la inteligencia artificial nunca estará al nivel de los humanos, porque carece de la capacidad de sentir y saber, que es lo que nos hace conscientes.
Finalmente, señaló que las tecnologías inteligentes pueden ser usadas para fines opuestos, como la justicia social o la vigilancia, y que depende de los seres humanos elegir qué tipo de sociedades quieren construir con ellas.
Oficina de Gestión Comunicacional del Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología.
