El cáncer de mama es la segunda causa de muerte en las mujeres en el mundo, a pesar de los avances en el diagnóstico y el tratamiento, todavía hay un gran desafío para mejorar la eficacia y la seguridad de las terapias disponibles.
Un equipo de investigadores liderado por el profesor Gorka Orive, de la Universidad del País Vasco, ha impulsado un estudio sobre el potencial de las nanopartículas e hidrogeles 3D basados en el biomaterial quitosano, para el abordaje del cáncer de mama mediante inmunoterapia y fototerapia.
El quitosano es un polisacárido natural que se obtiene de la quitina, el principal componente del exoesqueleto de los crustáceos. Tiene propiedades biocompatibles, biodegradables, antimicrobianas y estimulantes del sistema inmunitario.
La reciente investigación ha determinado que las nanopartículas de quitosano pueden transportar fármacos o agentes fotosensibilizantes al interior de las células tumorales, y activarlos mediante luz láser para inducir la muerte celular por estrés oxidativo. Los hidrogeles 3D de quitosano pueden formar matrices tridimensionales que imitan el microambiente tumoral y favorecen la infiltración de células inmunitarias que reconocen y eliminan las células cancerosas.
Asimismo, el artículo publicado en la revista científica Sciencie explica que “la nanomedicina es un campo interdisciplinario que se ha introducido recientemente para la terapia del cáncer. Nano tiene una raíz griega que significa enana o estructura pequeña, y la nanociencia es el campo de estudio de estructuras de tamaño nanométrico, que generalmente oscilan entre 1 y 100 nm. Las propiedades químicas y físicas particulares de las nanopartículas se pueden seleccionar para mejorar su aplicación en la terapia de enfermedades y la administración de terapias contra el cáncer”.
Igualmente, la investigación destaca que la aplicación de nanopartículas e hidrogeles 3D de quitosano puede avanzar en la lucha contra el tumor de mama, al ofrecer una plataforma versátil y multifuncional que puede integrar diferentes modalidades terapéuticas y mejorar su eficiencia y seguridad.
Sin embargo, señala que “los estudios discutidos son preclínicos y hay una serie de perspectivas que deben considerarse, como la biodistribución, la biodegradación, la toxicidad, la inmunogenicidad y la estabilidad de las nanoestructuras de quitosano”.
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