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Bernabé Torres: el maestro semillerista que cuida la papa nativa andina

Oriundo de Gavidia, en Mucuchíes, estado Mérida, Bernabé Torres, es uno de los maestros semilleristas más reconocidos en su comunidad y en el páramo merideño.

Con sus 66 años, Torres, tiene una historia de saberes adquiridos desde su juventud gracias a las enseñanzas de su madre Cándida Rosa.

Desde muy pequeño, sus pies han transitado por el páramo de Gavidia en busca de un tubérculo noble: la papa nativa.

La producción de este rubro tradicional de los pueblos indígenas de la zona, fue durante años sustituido por la importación de semillas de papas canadienses, principalmente, que abarrotaron los suelos venezolanos y sus mercados.

Bernabé conoce esa historia y la recuerda, desde su finca ubicada en el sector Los Yaques, vía Laguna de Santo Cristo, a 3.500 metros de altura sobre el nivel del mar.

“El origen mío ha sido la agricultura. Desde muy niño he sido agricultor y pastor de vacas, por eso vivo ordeñando vacas. Esta fina era de mamá y estaba sola, porque ella se había casado con otro señor y nos habías mudado a un sitio más abajo de Gavidia, que se llama Los Corrales; entonces yo fui buscando, a lo que empecé a sembrar, estaba yo muchachón, en la vida de la adolescencia”, rememora.

Con apenas 15 años, Bernabé comienza a tejer vínculos con la montaña, sus caminos y el clima que puede descender a -4° C.

“A mi me gustaba sembrar, me gustaba la talla, me gustaban muchas cosas, entonces al patrón que me crió no le gustaba eso. Tuve que independizarme de muy temprana edad, hacer mis cosas por mi cuenta, a sembrar. Mi mamá y yo aquí, en este mismo sitio, ha sido un sitio muy sagrado para mi”, dice Torres.

De la huerta de la barriga de borracho a la papa nativa

Bernabé es un hombre familiar, comparte su amor por Gavidia junto a su compañera Cantalicia Torres, una mujer que forja con sus manos diversas piezas artesanales hechas de lana. Sus hijos Albeiro Torres y Franklin le acompañan en las faenas diarias.

Cuenta que su mamá le ayudó a conocer la papa nativa en lo que llama “la huerta de la barriga de borracho”, sitio por excelencia para la selección de las semillas de papa.

Sobre este espacio dice “aquí se conseguían muchísimas variedades de semillas, porque mamá tenía una huertecita, un huertecito, lo que llamaban alrededor de la casa, que sembraba toda clase de papa que conseguía porai”.

Comenta que estos aprendizajes han sido transmitidos de generación en generación. “A mamá le gustaba sembrar sus papas, le gustaba tener sus semillas, tener sus huertos, tener sus rositas. Sus escondrijos para las papas, que se aclimataran; en las cuevas mantenía papas, hacía muchas cosas que aprendió”.

Bernabé es amante de la naturaleza, la admira y la comprende. Tiene vacas, yerbas medicinales, un perro llamado Burundanga que celebra su llegada a la finca.

“Los hijos míos pues, el que más trabaja con estas cosas es Albeiro y el nieto Berni, porque los otros pues están en clases, pero sí, la gente ha aprendido mucho de mí”, agrega.

Rescate y preservación de la papa nativa

En el páramo de Gavidia, Bernabé aprendió a escuchar el llamado de las papas nativas. Cuenta que ha caminado durante años cada espacio de esas grandes montañas, con paciencia y con mucha atención.

Las cuevas en las montañas tienen la capacidad para preservar de plagas y las heladas a las papitas, año tras año. “Con el refresco de la piedra o de la tierra ellas se mantenían. Eso era como un banco de semillas”, expresa.

Celebra y reconoce el papel del Gobierno Bolivariano que, en 2015, promulgó la Ley de Semillas y acompañó la declaratoria como Patrimonio Cultural Inmaterial de los saberes sobre las semillas nativas de la comunidad de Gavidia.

“Yo me siento como algo de valor, porque eso no es para todo el mundo, que uno esté en la Asamblea Nacional. En este gobierno uno ha conocido las cosas que nunca se habían visto, que nunca las había visto el campesino, nunca lo habían tomado en cuenta”, afirma.

Bernabé Torres también considera importante los aportes de la Alianza Científico – Campesina, coordinada desde el Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología, para potenciar la protección, estudio y desarrollo de la semilla de papa nativa, en favor de la soberanía alimentaria.

“De la Alianza Científico-Campesina hemos tenido nosotros mucho apoyo, principalmente, nosotros los que estamos produciendo semilla. Hemos tenido un apoyo y un cariño muy grande tanto del gobierno como del personal que tiene el gobierno, Gabrielita (Gabriela Jiménez Ramírez, ministra para Ciencia y Tecnología), que es la muchacha chiquita de nosotros aquí; nosotros sin ella hacemos nada”, expresa.

Ciencia al servicio de la papa nativa

Ha rescatado semillas con apoyo de los biólogos venezolanos; con ellos ha revisado parcelas con 75 años de descanso, donde la semilla de papa esperaba ser encontrada.

Entre los científicos que más le han acompañado en esta tarea está la bióloga Liccia Romero, egresada de la Universidad Simón Bolívar, con Maestría y Doctorado en Ecología Tropical en la Universidad de Los Andes.

“Yo digo que la pionera de este proyecto es la profe Liccia, porque ella ha hecho todo su esfuerzo para mantener este proyecto, de darle ánimo a uno. Cuando llegó la profe Liccia a esta finca, se podían contar las matas de papa nativa que había, de arbolona, cucuba, guadalupe, esas papas, las teníamos por ahí; las habían acabado todos los gusanos y llegó ella, y la profesora Maximina (Monasterio), y gracias a esas profesoras se juntaron con Gabrielita y miren donde vamos pa’lante”, comenta.

Asimismo, Torres agrega que los productores y semilleristas andinos le han dado mucho al país. “Nosotros hemos sido fieles y constantes en la producción de semillas nos ha ido muy bien, nosotros mismos hemos aprendido de nosotros mismo, de Rafael, de Proinpa, de los muchachos (…) y ahora pues ya estamos enseñando a la comunidad de aprendizaje y estamos también enseñando a los niños que vienen por ahí”.

Hasta la fecha ha recuperado nueve tipos de semillas de papa nativa; este 2023 presentará, durante el “Ecofestival de la papa nativa”, del 15 al 16 de diciembre, dos nuevas integrantes de esta familia de papas nacionales andinas, que llenan de orgullo al productor del páramo, a su familia y a la nación.

“El mensaje que le doy a la gente es que donde vean una mata de papa cuídenla porque eso es un tesoro. Hay mucha papa que está secreta en el monte, que hace más de cien años está por ahí. Yo no las busco, ellas me buscan a mí; ya me conocen que yo les doy el cariño, que yo las saco a la luz y la sacamos al país, sacamos un tesoro escondido que está en las montañas”, finaliza.

Oficina de Gestión Comunicacional del Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología / Periodista: Vanessa Gutiérrez

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