Brasil avanza en la creación de la primera vacuna del mundo contra la Esquistosomiasis, una enfermedad aguda y crónica, provocada por lombrices, que afecta a más de 200 millones de personas en el mundo, particularmente en las regiones más pobres del hemisferio sur.
Esta patología afecta el hígado, intestinos y otros órganos. Sus síntomas incluyen sarpullido, comezón, fiebre, escalofríos, tos, además de dolores de cabeza, musculares, del vientre, articulaciones e inflamación del estómago.
Los estudios y pruebas están a cargo de científicos e investigadores de la Fundación Oswaldo Cruz, quienes esperan el certificado de aprobación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que certificaría a la vacuna Schistovac (Sm14) como la primera en proteger a los humanos contra estos gusanos.
Actualmente, la Sm14, se encuentra en la fase final de pruebas pre-clínicas en animales de laboratorio, demostraron que la inyección redujo un 90% la infección por la Schistosoma mansoni en ratas y conejos.
En los últimos años, los científicos hicieron pruebas en 300 brasileros certificando que la misma fue bien tolerada. El principal efecto secundario fue un leve dolor en el área en donde se realiza la inyección. Ahora, ejecutarán nuevos testeos en otras 2 mil personas en Senegal.
«Si se aprueba, obtendremos un sello para que la Schistovac sea introducida en países endémicos, por lo que puede representar una importante herramienta para la salud en países prioritarios», afirmó la investigadora de la Fundación, y una de las responsables del estudio, Miriam Tendler.
Los organismos involucrados en el desarrollo de la vacuna, se han comprometido en comercializarla a bajo costo para que sea asequible y llegue con fácil acceso a todos los países que más la necesitan. Se estima que esto ocurra a finales de 2025 y principios de 2026.
