En el mundo, alrededor de un tercio de los alimentos que se producen para el consumo humano se pierden o se desperdician, causando así importantes efectos ambientales, sociales y económicos.
Al respecto, la vicepresidenta sectorial de Ciencia, Tecnología, Educación y Salud, Gabriela Jiménez Ramírez, indicó que se estima que los productos que se pierden o desperdician podrían alimentar a 1.230 millones de personas cada año.
Asimismo, precisó que el desperdicio alimentario causa entre el 8 y el 10 por ciento de los gases de efecto invernadero.
Mediante su cuenta en la red social X, hizo referencia al índice de desperdicios de alimentos del año 2021, que demostró que solo en 2019 “hubo 931 millones de toneladas de alimentos desperdiciados. Esto sugiere que el 17% de la producción total de alimentos en el mundo fue a parar a la basura”.
La ministra para Ciencia y Tecnología de Venezuela también hizo referencia a cómo se ejecuta este proceso en toda la cadena alimentaria. En este sentido, comentó que la situación se da “desde la producción agrícola inicial hasta el consumo final en los hogares”.
Agrega que “en los países de ingresos altos y medianos, los alimentos se desperdician de manera significativa en la etapa del consumo, lo que significa que se desechan (se tiran) incluso si todavía son adecuados para el consumo humano”.
Mientras que “en las regiones industrializadas, también se producen pérdidas importantes al principio de las cadenas de suministro de alimentos”, señaló en la publicación.
Sin embargo, apuntó que “en los países de ingresos bajos, los alimentos se pierden principalmente durante las primeras etapas y las etapas intermedia de la cadena de suministro de alimentos y se desperdician muchos menos alimentos en el consumo”.
En su publicación, afirmó que en el mundo industrializado se desperdician muchos más alimentos per cápita que en los países que están en vía de “desarrollo”.
Ante esta problemática, la también ministra del Poder Popular para Ciencia y Tecnología, reflexionó sobre el denominado “desarrollo” de los países de ingresos altos y medianos.
“Si las relaciones y procesos sociales, económicos, productivos, científicos y tecnológicos no tienen como prioridad la humanización de estas acciones por el bienestar colectivo de las comunidades, y la no mercantilización de la naturaleza, es poco probable que estos problemas del “desarrollo” puedan solucionarse”, puntualizó.
Oficina de Gestión Comunicacional del Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología / Periodista: Ghiccelle Chacín.