Silvia Gumiel Molina, profesora titular de Lengua española de la Universidad de Alcalá, España, publicó un artículo que se titula “¿Por qué la inteligencia artificial no puede sustituir al lenguaje humano?”, en el medio de comunicación australiano The Conversation, explicando que la IA funciona como un modelo de ensamble de piezas binario y, por tanto, muchas producciones lingüísticas no pueden ser interpretadas semánticamente de manera correcta.
«Parece evidente que los modelos de IA son capaces de elaborar textos con una cohesión y coherencia tan apabullantes que, realmente, pareciera que hablaran. Lo que quizás no resulte tan evidente es que no tienen ni la más remota idea de lo que están diciendo, por un lado, y que el hecho de que sus producciones sean gramaticales se debe a una cuestión matemática y no lingüística», asegura la especialista.
Por su parte, el magistral José Luis Mendívil, en su artículo “Un loro escolástico en la habitación china: ¿qué nos enseña ChatGPT sobre la mente humana”, alega que estos modelos de generación de lenguaje se limitan a crear, de forma lineal y no jerárquica, como lo hace el lenguaje humano.
«ChatGPT es capaz de explicarnos de forma muy detallada, conceptos sencillos y cuya información está recogida en algún punto de los conjuntos de textos con los que trabaja. Lo que ya no hace tan bien este modelo de lenguaje es crear nuevas emisiones o interpretar las producidas y, mucho menos, es capaz de determinar si una producción es o no posible en una lengua», explica el artículo.
Gumiel también detalla que, aunque la aparición de estos modelos supone un avance enorme para el acceso al conocimiento, los procesadores de “IA no solo no hablan, sino que no son capaces de entender ni lo que dicen ni lo que se les dice”.
Asimismo, apunta que «con toda seguridad, estos modelos se irán mejorando, pero mientras se basen en modelos matemáticos y su implementación no esté fundamentada en los principios que articulan la arquitectura del lenguaje humano, no será posible que generen lenguaje natural y, mucho menos, que lo entienda».
Por tanto, concluye que, aunque la IA puede ser un instrumento fantástico para avanzar en el conocimiento, también podría generar un retroceso si no son utilizados adecuadamente.
Oficina de Gestión Comunicacional del Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología / Periodista: Eliana Muñoz.
