La vicepresidenta sectorial de Ciencia, Tecnología y Salud, Gabriela Jiménez Ramírez, explicó cómo el aspartamo, un edulcorante de origen químico, pueden agravar la aterosclerosis, una enfermedad cardiovascular.
En primer lugar, recordó que el aspartamo es un edulcorante artificial ampliamente utilizado en diferentes alimentos y bebidas desde los 80, por ejemplo, en bebidas dietéticas, helados, productos lácteos como el yogur, refrescos, cereales de desayuno, dentífrico y medicamentos como pastillas para la tos y vitaminas masticables.
Asimismo, la vicepresidenta sectorial recordó que la aterosclerosis es una enfermedad que se caracteriza por la acumulación de placa grasa en las paredes de las arterias. Esto dificulta la circulación sanguínea y aumenta el riesgo de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
En este sentido, aseveró que el aspartamo provoca un pico de insulina que «inflama los vasos sanguíneos. La inflamación de los vasos sanguíneos favorece la acumulación de grasa en las arterias», dijo.
Respecto a las moléculas que están involucradas, precisó que la proteína inflamatoria CX3CL1 es clave en la activación con el aumento de insulina.
“Esta proteína atrae células inmunes hacia las paredes internas de los vasos sanguíneos. En los ratones que carecían del receptor de esta proteína, el aspartamo no generó el mismo nivel de daño arterial”, añadió.
Sobre las implicaciones del estudio, la también ministra para Ciencia y Tecnología señala que los resultados sugieren que la insulina podría ser el vínculo clave entre el aspartamo y la salud cardiovascular.
Finalmente, destacó la importancia de una dieta balanceada, actividad deportiva y hábitos saludables para garantizar una salud integral, “los edulcorantes sintéticos no son productos recomendables para una alimentación saludable”, manifestó.
Oficina de Gestión Comunicacional del Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología / Periodista: Erika Moyano
