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Exponen importancia de comer a las horas adecuadas en beneficio del organismo

La experta en crononutrición, Marta Garaulet, catedrática de Fisiología de la Universidad de Murcia, España, explicó en una entrevista realizada por El País, la importancia de comer a las horas adecuadas para tener una buena salud del organismo y prevenir enfermedades.

Garaulet recordó que el ser humano tiene un reloj interno conformado por minúsculos dispositivos moleculares ubicados en el hipotálamo, capaces de dar la hora al resto del organismo.

Este reloj se conecta con otros pequeños cronómetros independientes de los tejidos, que anticipan y preparan a las células para cosas como: comer al mediodía o ir a dormir por la noche.

“Nuestro organismo tiene horarios y este reloj central no está aislado, sino que está sincronizado con el exterior, principalmente a través de la luz y oscuridad, pero también con los cambios entre la ingesta y el ayuno o con los momentos de actividad y reposo”, expone Garaulet.

Por esta razón, la experta en crononutrición refiere que es vital para la salud humana respetar los ritmos circadianos y cada cambio biológico que trae, durante un ciclo de 24 horas.

“Somos animales diurnos, estamos hechos para dormir de noche y no se come mientras duermes. Estamos hechos para comer y movernos durante el día. Entonces, si tu organismo percibe que por la noche hay luz o se come, está recibiendo información contradictoria”, detalló.

Esta información errada genera fallos de sincronización en el reloj central, en los periféricos o en las conductas; y eso puede crear cronodisrupciones que, a la larga “se relacionan con enfermedades, como obesidad, cáncer, depresión o alternaciones metabólicas. Esto se ve claramente en los trabajadores por turnos o en los empleados nocturnos, que son un ejemplo de personas que tienen desalineadas sus conductas con su reloj interno”, expresa la científica.

Comer a las horas

Para la investigadora, el momento de la comida y la luz son moduladores claros de los relojes internos.

“La hora de comer es un sincronizador de los relojes periféricos de órganos relacionados con la comida, como el hígado y el páncreas. Si comes a deshora, no reaccionan bien todos los órganos que se preparan para recibir la comida: porque recibir comida es un impacto impresionante para el organismo y tiene que prepararse”, afirma la especialista.

Refiere que el cuerpo está programado naturalmente durante las 24 horas del día. En ese sentido, precisa que cenar tarde tiene un efecto claro que coincide con la secreción de melatonina, una hormona que prepara al organismo para el sueño y al mismo tiempo con la insulina, que ayuda a distribuir el alimento. “En presencia de melatonina, se reduce la secreción de insulina y la tolerancia al azúcar y carbohidratos es peor”, señala.

Lidia Daimiel, investigadora del Instituto Madrileño de Estudios Avanzados (IMDEA food) y del Centro de Investigación en Red de Obesidad y Nutrición (Ciberobn), precisa que existen más de 300 genes identificados que inciden en la predisposición de cada persona a ser más matutino o vespertino. Por ejemplo, las personas que acostumbran a cenar a las 12 de la noche, inician la llamada noche biológica a la una de la madrugada, por lo que no les afecta.

“Cada individuo tiene noches biológicas diferentes y la hora a la que come le afectará en función de su cronotipo interno. Es muy difícil dar consejos globales. Pero hay dos mensajes generales: no comer tarde y no cenar muy próximo a la hora de acostarse”, aconsejó Daimiel.

Con información de El País.

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