La Inteligencia Artificial (IA) ya no es una novedad, sino un elemento omnipresente en la sociedad, que invita a reflexionar sobre el papel que desempeña el ser humano en esta revolución tecnológica.
Esta tecnología tiene el potencial de transformar la mayoría de las facetas del mundo actual. Las guerras y conflictos entre países están cada vez más inundadas por el uso de la IA, que transforma la naturaleza de estos eventos y plantea nuevos desafíos éticos y estratégicos.
Así lo comenta la vicepresidenta sectorial de Ciencia, Tecnología, Educación y Salud, Gabriela Jiménez Ramírez, en una reflexión publicada en su cuenta en la red social X, donde menciona a Lavender, la herramienta de IA desarrollada por Israel para la guerra y el genocidio en Gaza.
“Lavender es la inteligencia artificial de Israel que ‘decide’ a quién se bombardea en Gaza. Es un diseño de las FDI (Fuerzas de Defensa Israelíes) que recurre a un sistema automatizado para seleccionar sus objetivos humanos, una práctica no empleada antes”, explicó.
Compartió un artículo publicado en el diario El País, escrito por Manuel Pascal, titulado “Lavender, la inteligencia artificial de Israel que decide a quién se bombardea en Gaza”, en el que expone: “Israel ha cruzado una línea más en la automatización de la guerra y el daño a la humanidad. Tradicionalmente, la determinación de objetivos militares ha exigido comprobaciones manuales de indicios y otros factores, hasta verificar que un objetivo merece serlo”.
La publicación, también señala que este sistema identificó o marcó a 37.000 palestinos durante las primeras semanas de la guerra “y se usó en al menos 15.000 asesinatos desde el 7 de octubre hasta el 24 de noviembre en la invasión de Gaza”.
Al respecto, la también ministra para Ciencia y Tecnología, remarcó que la implementación de estas tecnologías avanzadas plantea una serie de interrogantes sobre la legalidad de este tipo de armamento y la interacción entre el personal militar y las máquinas.
“Al final se trata de una demolición de lo que significa la ética en la guerra, lo que lleva a concluir que la operación en Gaza no es ya una guerra, sino una masacre de ciudadanos”, subrayó.
Además, recalcó que el mal uso de esta tecnología, «genera en nosotros el dolor de ver la promoción y fomento del genocidio justificado y escalado con el uso de las tecnologías». En este sentido, agregó que «rechazamos totalmente cualquier acción y pensamiento de este tipo».
Apuntó, además, que esta acción refleja la mutación de los enfrentamientos humanos “hacia formas inéditas y más letales que violan los acuerdos internacionales”.
«Nunca antes había trascendido que nadie automatizara una tarea tan sensible como la selección de objetivos militares humanos, tarea en la que un falso positivo puede significar la muerte de inocentes (…) Esta violación de todos los principios humanos debe ser denunciada ante el mundo, para elevar la conciencia de que las tecnologías no deben ser herramientas para la promoción de la guerra».
Destacando que «la tecnología al servicio de la muerte no representa un avance, sino un retorno a estadios de barbarie».
Finalmente, resaltó que en el mundo actual es necesario hacer Ciencia para la Vida y la Paz, “el trabajo en la ciencia debe responder a la racionalidad, al respeto y la dignificación de la vida y a la humanidad. Solo la paz es el camino”, concluyó.
Oficina de Gestión Comunicacional del Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología / Nailet Rojas Garcia.