La Mitosis es la forma más común de reproducción asexual de las células eucariotas, es decir, de las dotadas de un núcleo en donde reside su material genético completo.
Este proceso es un tipo de división celular en el cual una célula (la madre) se divide para producir dos nuevas células (las hijas) que son genéticamente idénticas entre sí, excepto en caso de mutaciones puntuales.
Esta transformación celular es común entre las células del cuerpo humano y de otros animales pluricelulares, ya que es la forma de reparar tejido dañado o de aumentar el tamaño del cuerpo (crecimiento). El cometido primordial de la mitosis es, claro, la multiplicación celular, pero también la preservación intacta de la información genética a través de copias idénticas
Al respecto, la vicepresidenta sectorial de Ciencia, Tecnología, Educación y Salud, Gabriela Jiménez Ramírez, indicó que este proceso “es muy importante para los organismos pluricelulares, ya que les permite crecer y renovar los tejidos que se van desgastando”,
En su cuenta en la red social X, explicó que la mitosis puede dividirse en cuatro fases básicas: profase, metafase, anafase y telofase.
“Estas fases ocurren en orden estrictamente secuencial y la citocinesis – el proceso de dividir el contenido de la célula para hacer dos nuevas células – comienza en la anafase o telofase”, escribió.
Apuntó que “cuando la citocinesis acaba, terminamos con dos nuevas células, cada una con un juego completo de cromosomas idénticos a los de la célula madre”. Entonces, las células hijas pueden ahora comenzar sus propias “vidas” celulares y – según lo que decidan ser cuando crezcan – pueden experimentar mitosis ellas mismas y repetir el ciclo”.
La también ministra del Poder Popular para Ciencia y Tecnología señaló que las células somáticas se dividen para generar copias de sí mismas con dos objetivos: crecimiento del tejido y reposición o renovación de las células de los diferentes tejidos.
“Un claro ejemplo son los huesos, que se forman durante la pubertad, mientras que estamos creciendo en altura. Algunas células tienen gran actividad y pueden ‘desgastarse’, es decir, envejecen y pueden llegar a morir”, indicó.
Asimismo, comentó que otro de los ejemplos son las células de la sangre, que se producen y funcionan durante un máximo de cuatro meses. “Dependiendo del tipo de tejido en el que nos encontremos, su actividad y la edad del individuo, las células se dividirán por mitosis con más o menos frecuencia; por tanto, hay tejidos con más renovación que otros”, concluyó.
Oficina de Gestión Comunicacional del Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología / Periodista: Ghiccelle Chacín.