La enfermedad de Parkinson es un trastorno degenerativo que afecta a más de 6 millones de personas en el mundo, así lo informó la vicepresidenta sectorial de Ciencia, Tecnología, Educación y Salud, Gabriela Jiménez Ramírez, en su cuenta en Twitter.
Destacó que esta patología está asociada «a la pérdida gradual de neuronas en el cerebro, que responde al mal plegamiento y agrupación de la proteína alfa-sinucleína; estos agregados tóxicos potencian el daño de las neuronas dopaminérgicas, destinadas a la producción del neurotransmisor dopamina, ubicada en la sustancia negra del cerebro».
Las causas principales de esta enfermedad se asocian «a antecedentes familiares (15%), por la mutación de los genes LRRK2, PARK7, PINK1, PRKN o SNCA y por alteraciones genéticas que no han sido identificadas todavía».
La ministra para Ciencia y Tecnología, refiere que «se ha detectado que aunque muchas personas están expuestas de manera regular a pesticidas, sólo desarrollarán la enfermedad las que estén genéticamente predispuestas».
Asimismo, resalta que «la ciencia médica estima que esta condición aumentará significativamente para el año 2040».
En este sentido, menciona que existen otros factores que influyen en el desarrollo del parkinson «como la exposición a herbicidas y pesticidas, empleados principalmente por los campesinos y productores».
Al respecto, hace referencia a los pesticidas cuya toxicidad afecta las neuronas, según investigaciones citadas en The Conversation ES, plataforma de divulgación del conocimiento académico y científico en español.
«El glifosato, el herbicida más utilizado en todo el mundo, que provoca cambios en las sustancias transmisoras en el cerebro, reacciones inflamatorias, alteraciones del sistema energético de las células y estrés oxidativo», explicó.
Otra sustancia química es la Rotenona, relacionada «con la acumulación de la proteína alfa-sinucleína en el cerebro. La exposición breve a este producto puede causar manifestaciones similares a las del párkinson».
El artículo señala al Deltametrina como un insecticida capaz de perturbar la señalización de dopamina; la ingesta de deltametrina en la edad adulta puede producir modificaciones en el intestino y el cerebro relevantes para el desarrollo del parkinson.
Asimismo, la ciencia ha vinculado al Benomyl «con un aumento en el riesgo de sufrir la enfermedad que al inhibir la enzima aldehído deshidrogenasa, con consecuencias nocivas para el cerebro».
La ministra para Ciencia y Tecnología refirió que «a pesar de las graves consecuencias que generan los pesticidas, los grandes consorcios del mundo continúan ampliando el uso y promoción de estos productos en las cadenas agroalimentarias, cuando realmente deben ser eliminados y erradicar totalmente su uso, ya que son altamente tóxicos, no son seguros para los ecosistemas y además ponen en riesgo la salud humana, animal y vegetal».
Oficina de Gestión Comunicacional del Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología / Periodista: Amarilis Palacios
