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Tradición y adaptación se ponen de manifiesto entre los pescadores artesanales del municipio Brión

(Caracas, 5 de julio de 2025).- La pesca artesanal, una actividad ancestral y clave para la subsistencia de muchas comunidades afrodescendientes, se ha visto amenazada por el cambio climático, que altera los patrones de pesca y reduce la disponibilidad de recursos marinos.

Estas comunidades, que tradicionalmente han utilizado la pesca como fuente de alimento y sustento, se enfrentan a retos cada vez mayores para mantener sus modos de vida.

De allí que la antropóloga Rona Villalba, del Laboratorio de Estudios Afroamericanos del Centro de Antropología José María Cruxent, del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) impulsa dos líneas de investigación. Por un lado, el estudio de las actividades tradicionales de subsistencia, específicamente la pesca artesanal, y por otro lado, cómo las comunidades perciben y se adaptan a los efectos cambio climático.

Destacó Villalba que las actividades de subsistencia tradicional siempre son vista desde la parte económica, pero desde los grupos afrodescendientes va más allá, “es la tradición, la trasmisión de saberes, es poner en práctica los conocimientos ancestrales a través de las artes de la pesca, más allá de lo biológico”.

Igualmente, se pudo conocer que el proyecto que viene desarrollando, ha permitido la exploración de cómo los conocimientos tradicionales pueden contribuir a la sostenibilidad ambiental y la resiliencia comunitaria.

El proyecto se está llevando a cabo en la comunidad de Chirimena, municipio Brión estado Bolivariano de Miranda, con los pescadores artesanales que pertenecen al Consejo de Pescadores y Acuicultores Santa Cruz de Chirimena.

Tradiciones y tecnologías

Existe una lucha interna, porque dejar de lado todo lo aprendido no es fácil y eso les puede pasar factura a largo plazo, de allí que las nuevas generaciones se están adaptando y mantienen sus conocimientos que es la herramienta que a diario ponen en práctica.

“Durante el trabajo en la comunidad hemos visto cómo la tecnología, como el uso del GPS, se ha convertido en una estrategia para adaptarse a los cambios del ambiente. Aunque estas herramientas ayudan a facilitar el trabajo diario en el mar, muchos de los pescadores siguen guiándose por los referentes naturales que les enseñaron sus padres y abuelos. Hay una especie de pulso entre modernizarse y mantener lo aprendido, pero al final, conviven ambos saberes y esa combinación es lo que les permite seguir adelante sin perder su identidad”.

“Ellos de una u otra forma han entendido que todo tiene un valor, tanto las nuevas tecnologías como los conocimientos ancestrales y que pueden hacer uso de los dos de manera sostenible”, explicó la antropóloga.

Con el proyecto, también se busca rescatar las tradiciones orales de los pescadores de la comunidad, a través de entrevistas, fotografías y el registro de sus actividades cotidianas. La idea es crear un archivo que sirva como memoria viva, útil para las nuevas generaciones y que contribuya a preservar el patrimonio cultural de Chirimena.

La idea es que los saberes ancestrales se integren con alternativas actuales, tomando lo mejor de cada experiencia de aprendizaje. Es fundamental fortalecer prácticas tradicionales que, lejos de perder vigencia, siguen siendo esenciales para la sostenibilidad de la pesca artesanal. Como parte de este enfoque, se promueve “tomar en cuenta las temporadas de veda, cómo se construye una nasa, que son las trampas empleadas para las langostas, el tipo de material a emplear para que no afecten el medio ambiente y que sean rentables”, entre otras.

¿Cómo ha influido el cambio climático en la pesca artesanal en Chirimena?

La pesca se ha visto afectada por los cambios de temperatura del agua, aumento del nivel del mar, lo que ha ocasionado que algunas especies de peces se hayan retirado de las zonas de pescas que tenían establecidas, lo que ha hecho que los pescadores se adentren más al mar y una actividad que anteriormente la hacían en un día ahora les puede llevar varios días en alta mar.

Este escenario ha propiciado nuevos tipos de organización entre pescadores. “Actualmente, los grupos de faena ya no salen al mar (en su mayoría) de, manera individual ni simultanéa. Ahora se juntan varios pescadores que coordinan sus salidas en equipo, compartiendo responsabilidades y fortaleciendo los vínculos comunitarios. Estas jornadas compartidas no solo permiten optimizar el uso de co0mbuistible, sino también aunar esfuerzos, redistribuir tareas y fortalecer el trabajo en equipo, lo que se traduce en una actividad pesquera más eficiente y solidaria”.

“La resiliencia no se expresa únicamente cuando ocurren cambios climáticos drásticos. En la pesca artesanal, mantenerse fiel a los saberes heredados, adaptarse sin renunciar a la tradición y enfrentar los retos del día a día en el mar, también es una forma profunda de resiliencia. Para los trabajadores del mar, ser pescador artesanal implica resistir, adaptarse y preservar una forma de vida frente a transformaciones constantes”, explicó Villalba.

Mujer y pesca

Por otro lado, el papel de la mujer en la pesca artesanal en la comunidad de Chirimena no es tan visible como en otras comunidades de las costas venezolanas. “Pareciera que en esta parte de la costa la pesca es solo de hombres, si bien es cierto que la mujer siempre juega un papel determinante en las distintas áreas ya sea en la limpieza, recolección y logística, en esta oportunidad la mujer no está involucrada visiblemente con la actividad pesquera. A diferencia de Ocumare de la Costa, donde existen equipos de pesca conformado por féminas”.

Mincyt / Prensa IVIC / Edith García

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