(Caracas, 11 de octubre de 2025).- Estudiar la biodiversidad en el transecto pelágico de Venezuela, es una de las investigaciones que realiza el biólogo venezolano Sergio Cobarrubia Russo, mediante el proyecto denominado Transecto pelágico La Guaira – Isla de Aves, Venezuela, Caribe Sur. Datos preliminares de cetofauna y avifauna. Este trabajo fue presentado durante el Congreso en Defensa de la Madre Tierra, convocado por el presidente Nicolás Maduro Moros.
El experto del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), explicó que además de comprender y caracterizar estos espacios, donde confluyen aves, ballenas, peces, calamares, entre otras especies, el objetivo es entender el impacto de la crisis climática.
Un transecto pelágico es la línea imaginaria o real trazada a través de la columna de agua del océano, lejos de la costa y del fondo marino. Se dividen en zonas según su profundidad: epipelágica (iluminada), mesopelágica (penumbra), batipelágica (oscura), abisopelágica (muy oscura) y hadopelágica (fosas oceánicas).
Este proyecto también se fundamenta en lo establecido en el punto 14 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, destinado a la preservación, conservación y uso sostenible de los océanos, mares y recursos marinos.
El experto explicó que las investigaciones científicas marinas costeras abarcan el 85% de los proyectos, mientras que solo el 15% se realiza en transectos pelágicos. Agrega que esto se debe a que “los transectos pelágicos son elevadamente costosos por la amplia gama de elementos que involucra la logística (una plataforma oceánica, seguridad, equipamiento y formación); sin embargo, los estudios en este hábitat generan información muy valiosa”.
Las investigaciones en estos espacios permiten monitorear distribución de megafauna marina, estimar ensamblajes a largo plazo, así como sus variaciones por cambio climático, entre otras variables.
En este sentido, refirió que existe una logística bimensual que cubre un transecto de 5° latitudinales (~666 km entre La Guaira e Isla de Aves) a cargo de la Armada Bolivariana de Venezuela, que les permite generar data ecológica, climática y pesquera-pelágica importante, “lo que tributaría al ODS 14 y al ejercicio de soberanía en el Mar Venezolano”.
Además, en un plazo inmediato, pueden actualizar inventarios de cetofauna y avifauna pelágica con inclusión de la costera, nerítica e insular en menor grado; estimar las distribuciones/especie a lo largo del transecto y sus relaciones con parámetros bióticos y abióticos.
Mientras que, a largo plazo, podrán estimar los ensamblajes según el tipo de hábitat: costero, nerítico, pelágico en insular; vinculados a la Clorofila a, la temperatura superficial del mar y la salinidad. E incluso estimar el estado de conservación de los hábitats de acuerdo a la conformación de los ensamblajes y su susceptibilidad a las perturbaciones naturales o no.
Cobarrubia explicó que “el Mar Patrimonial Venezolano ostenta una biodiversidad de elevado valor, de la cual sólo hemos mostrado una parte. Y, por tanto, debe ser objeto de nuestra defensa”.
Mincyt / Prensa: VG/ Foto: AA.
