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El impacto ambiental de los centros de datos

Por.- Gabriela Jiménez Ramírez

(Caracas, 22 de diciembre de 2025).- La Organización de las Naciones Unidas (ONU) presentó recientemente un informe donde revela, por primera vez, el impacto ambiental que tienen los centros de datos de inteligencia artificial y cómo estas infraestructuras agravan la crisis hídrica y energética de una manera injustificable.

El informe, titulado El nexo entre el agua y la energía, fue presentado ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU por Pedro Arrojo, relator especial para la ONU, donde se revela que los centros de datos han sido una de las industrias más demandantes en los últimos años.

De acuerdo con el portal The AI Revolution, según cifras de la ONU, en 2018 los centros de datos en Estados Unidos consumieron 513 millones de metros cúbicos de agua, colocándolos entre las diez industrias más demandantes del país.

Esta tendencia sigue en aumento, y se estima que, debido a la creciente demanda de inteligencia artificial (IA), para 2027 se necesitarán entre 4.200 y 6.600 millones de metros cúbicos de agua.

Por ejemplo, la firma de Mountain View, citada por el portal Wired, aseguró recientemente que una consulta promedio en Gemini consume alrededor de cinco gotas de agua (0,26 mililitros) y requiere 0,24 vatios-hora de electricidad, equivalente a mantener encendido un televisor durante menos de nueve segundos.

El informe también menciona otras industrias contaminantes, como la extracción de combustibles fósiles, la agricultura intensiva, la minería y la energía térmica y nuclear, cuyos impactos ambientales ya eran conocidos antes del auge de la IA.

El rápido crecimiento de la IA y las criptomonedas está impulsando la expansión de los megacentros de datos. Este aumento genera una gran demanda de agua y un incremento en el consumo eléctrico, lo que representa una amenaza para los ecosistemas acuáticos y plantea un futuro insostenible.

El portal El País de España coloca como ejemplo de este aumento de construcción de centros de datos a Estados Unidos, donde recientemente el presidente Donald Trump anunció una alianza de OpenAI, Oracle y Softbank para invertir hasta 500.000 millones de dólares en IA. El dinero de la iniciativa, denominada Stargate, irá destinado a construir infraestructuras como centros de datos y plantas energéticas para alimentarlos.

Arrojo advierte sobre la falta de perspectiva al comparar el consumo de recursos entre distintas industrias. Por ejemplo, mientras que la producción agropecuaria está relacionada con la seguridad alimentaria de una gran parte de la población, el uso de recursos en la IA generativa comercial es, en su mayoría, un desperdicio sin beneficio real para la sociedad.

Ante este hecho, la ONU insta a los Estados y las instituciones internacionales a «promover una moratoria de la puesta en marcha de centros de datos y proporcionar información clara sobre su consumo de agua y energía y los riesgos que suponen para el cambio climático, la sostenibilidad de los ecosistemas acuáticos, los derechos humanos de las poblaciones empobrecidas y la supervivencia de los sectores productivos vulnerables».

La frase de Arrojo es alarmante, al asegurar que «nos hemos embarcado en un suicidio anunciado».

Desde Venezuela se promueve una IA sostenible que utilice su potencial tecnológico para mitigar problemas ambientales y optimizar su impacto ecológico.

Es crucial reducir tanto el consumo energético como los recursos requeridos en su diseño y operación para contribuir a un desarrollo más responsable y equilibrado.