Investigadores venezolanos avanzan en la conservación del Oso Andino

(Caracas, 12 de octubre de 2025).- El proyecto Oso Andino Guaramacal es parte del trabajo que desarrolla el ingeniero de producción en agroecosistema, Marcos Hidalgo, con tres aspectos esenciales: una ciencia destinada a la conservación y manejo de Áreas Naturales Protegidas, acompañamiento de la educación rural-comunitaria y la co-creación de modelos agroforestales comunitarios.

El Oso Andino (Tremarctos ornatus) es una especie catalogada como “vulnerable” por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y “en peligro” en las listas de fauna de Venezuela. La especie se alimenta de frutas, bromelias, palmas, huevos de vertebrados y miel.

Los alcances de este estudio fueron presentados por Hidalgo durante el Congreso por la Defensa de la Madre Tierra, celebrado en Caracas, donde participó como experto de la mesa sobre Biodiversidad en Riesgo, con el título El Oso Frontino, nuestro aliado en la conservación de los ecosistemas andinos de Venezuela.

En este espacio, Hidalgo precisó que desde 2016, junto al equipo de trabajo, monitorean a esta especie empleando cámaras trampa en varios parques nacionales andinos del país.

Comenta que en el mundo existen ocho especies de osos y que el Oso Andino es única de los andes, una región compartida por Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia.

Además de hacer el estudio sobre el mamífero, también concentran esfuerzos educativos creando la Edufiestas del Oso, en comunidades rurales que habitan los alrededores de las áreas silvestres cercanas a Guaramacal y Ramal de Calderas.

Asimismo, se han creado espacios socioproductivos como el plan Osos, gente y café, que promueve la caficultura orgánica en espacios de estos parques nacionales, impulsado la forestación con cultivo de este rubro.

Precisó que, a la fecha se cubre un territorio de 9036 hectáreas, con aproximadamente 300 familias, que cuentan con ocho secadoras solares para café incluyendo talleres para producción de bioinsumos.

En 2021, por orden del presidente Nicolás Maduro Moros, fue decretado como Parque Nacional José Gregorio Hernández, el extenso Ramal de Calderas, que cuenta con unas 50 mil hectáreas, entre los estados Trujillo, Mérida y Barinas, asegurando el hábitat para la preservación de la especie.

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María Victoria Canino: una socióloga que cree en el poder transformador del pueblo

(Caracas, 12 de octubre de 2025).- María Victoria Canino, nació en la parroquia San Juan de Caracas, aunque su infancia transcurrió en un pueblo de Guarenas, estado Miranda, en una casa colonial propiedad de sus abuelos, que recuerda por las golondrinas, el fogón y el hongo con leche que preparaba su mamá. Poco después se mudaron a la urbanización Los Naranjos, en una zona bastante rural.

Su madre Marta Díaz de Canino, enfermera; su padre Teodoro Canino, dedicado al transporte de gasoil.

“Mi infancia fue divina, vivía en una casa de pueblo, tenía un cerro en la parte de atrás con muchas frutas; siempre estuve muy cerca de la tierra y también de los animales”, expresa.

Canino nació en una Venezuela desigual, conoció de cerca los efectos de las políticas neoliberales y se metió de lleno a la lucha por la defensa de los derechos de quienes eran silenciados por ser de izquierda. Cree profundamente en el poder transformador de las comunidades.

Comenta que siempre estudió en colegios públicos, uno de ellos el Laudelino Mejías y la secundaria la hizo en la Técnica Industrial de Guarenas, hasta el cuarto año; culminó sus estudios de bachillerato en el colegio Santos Michelena, en Caracas.

Recuerda que una de sus primeras acciones políticas fue la defensa de un profesor de matemáticas quien había recomendado la lectura del Pequeño Libro Rojo de la Escuela.

“Un grupo de compañeros nos organizamos para apoyar a este profesor, de hecho casi perdimos la materia, él nos hacía clases de recuperación, pero logramos que a él no lo sacaran del liceo; él estaba tratando de generar pensamiento crítico”, rememora.

También hizo teatro callejero en Cotiza y visitó a los presos políticos en el Cuartel San Carlos. “Ya tenía como una conciencia distinta, empecé a trabajar con los comités de lucha estudiantiles, comités de luchas populares, empecé a visitar distintos barrios de Caracas, empecé con el tema de la alfabetización”, en zonas como Propatria, Petare, el Barrio Los Aguacaticos, entre otros.

Desde pequeña supo que quería trabajar con las comunidades, escuchando a los integrantes de estos espacios, generando junto a ellos respuestas a sus problemáticas y acompañando el desarrollo integral. Así llegó a la Escuela de Sociología de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Central de Venezuela, de la que se graduó en 1985.

Ingresó al Instituto de Tecnología Venezolana para el Petróleo (Intevep), pero no trabajo en lo que quería, que era ambiente. Posteriormente, aplicó al posgrado en el Centro de Estudios de las Ciencias, con la doctora Hebe Vessuri, fue seleccionada, tras pasar los exámenes. Desde ese momento se ha dedicado a brindar sus conocimientos y experiencias en este espacio.

Su labor de investigadora la conjuga con la docencia y la maternidad. Cuenta que ha trabajado con temas sobre la industria petrolera, la ciencia, tecnología y género, cambio climático y género, cambio climático explicado a niños y niñas; entre otros.

“Desde 1998, hasta ahorita, este ha sido mi trabajo. Aquí también doy clases en el posgrado de Estudios Sociales de la Ciencia. Tengo un laboratorio de Ecología Política y soy la jefa del Centro de Estudios de la Ciencia”, refiere.

Considera que en materia familiar ha cultivado en sus hijos responsabilidad, transparencia, trabajo, esfuerzo, el estudio, conocimiento, solidaridad, sensibilidad por el otro.

“Comencé a hacer trabajo comunitario desde muy joven. Creo que tenía 16 años cuando comencé a meterme en los procesos de alfabetización con el padre (Francisco) Wuytack en La Vega; eso me marcó”, refiere Canino y agrega que lo que les movía era “acabar con la pobreza; porque había una injusticia muy grande”.

María Victoria Canino asegura que no se arrepiente de los caminos que tomó profesionalmente. “Yo estoy cómoda aquí. La docencia y sobre todo la investigación en el campo científico-social es mi
vida”.

Para ella la sociología es esencial porque le permite conectarse con las múltiples comunidades que hacen vida en el país, desde los científicos hasta los pescadores.

Considera que es necesario mirar cada vez más a las ciencias sociales y sus grandes aportes para las transformaciones profundas que amerita el país, contando con los testimonios, ideas y proyectos de las personas que conforman cada comunidad. Además, cree firmemente en el papel de las mujeres como motores fundamentales para liderar los desafíos que demandan estos tiempos, siempre desde el reconocimiento, el respeto y la generación de oportunidades para ellas.

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Investigadores abordan beneficios de los pastos marinos para la biodiversidad

(Caracas, 12 de octubre de 2025)-. Durante la instalación de la mesa Biodiversidad en Riesgo, del Congreso Mundial por la Defensa de la Madre Tierra, celebrado en Caracas, la investigadora Mayré Jiménez Prieto, del departamento de biología marina del Instituto Oceanográfico de Venezuela de la Universidad de Oriente, núcleo Sucre, presentó la ponencia Los pastos marinos como extensiones de la Madre Tierra.

La experta venezolana explicó que existen cerca de 60 especies de pastos marinos, distribuidos en 13 géneros y cinco familias. Son, además, plantas angiospermas que evolucionaron y colonizaron los océanos durante el Cretácico. Son similares a las plantas terrestres y son las únicas plantas acuáticas con flores y frutos, capaces de vivir exitosamente en un ambiente 100% marino.

Jiménez señaló que la interconexión entre los ecosistemas costeros y marinos es íntima, y que se manifiesta mediante el flujo de nutrientes, sedimentos y el intercambio de beneficios ecológicos.

Una de las funciones de los pastos marinos es su capacidad para atrapar sedimentos y filtrar nutrientes, aumentando la claridad del agua y la entrada de luz para el crecimiento de otras plantas y algas. Sus raíces y rizomas forman densas redes que atrapan los sedimentos del fondo oceánico, estabilizando el lecho marino y reduciendo la erosión de la costa.

Asimismo, los pastos marinos son barreras naturales que brindan protección costera por su capacidad para reducir la energía de las olas y las corrientes. Y absorben CO2 de la atmósfera a través de la fotosíntesis, almacenando carbono en sus tejidos y en los sedimentos, contribuyendo así a mitigar el cambio climático.

La investigadora agregó que la conservación de la biodiversidad de peces, invertebrados, aves, mamíferos marinos y plantas dependen esencialmente de estos pastos, por ende, es fundamental resguardarlos y protegerlos para que continúen siendo recursos para generaciones futuras.

Otro de sus grandes aportes es que reducen la acidificación de los océanos, «esta vegetación también contribuye a la resiliencia de los ecosistemas y las especies más vulnerables, como los arrecifes de coral, otro elemento importante de los océanos», señaló.

Mencionó que, desde 1930, los pastos marinos han estado en declive producto de una enfermedad debilitante que diezmó el 90% de las praderas del Atlántico Norte. Esta situación empeoró con factores de origen humano han reducido la extensión de las praderas marinas en todo el mundo.

En este sentido, señaló que para proteger los ecosistemas de carbono azul se necesitan «planes de manejo que incluyan políticas de zonificación y uso del suelo, la creación de áreas protegidas, la restauración activa de ecosistemas degradados, y la implementación de financiamiento e incentivos económicos vinculados a los servicios ecosistémicos».

Valoró como crucial la participación comunitaria, la educación ambiental comenzando desde las escuelas, el desarrollo de un marco regulatorio para mercados de carbono azul, y la aplicación de una gobernanza participativa y el consentimiento libre, previo e informado de las comunidades locales.

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Científica venezolana comparte estudio sobre restauración ecológica en el Bosque Nublado andino

(Caracas, 11 de octubre de 2025).- Durante el Congreso Mundial en Defensa de la Madre Tierra, realizado los días 9 y 10 de octubre en el Centro de Convenciones del Parque Simón Bolívar de Caracas, se presentó la ponencia Experiencias de restauración ecológica en el Bosque Nublado Andino, centrada en el proyecto El Tambor.

La profesora Ana Quevedo compartió los diferentes avances y desafíos que han enfrentado en la recuperación del bosque nublado de El Tambor.

Explicó que este bosque nublado de los Andes venezolanos enfrenta amenazas importantes debido a la actividad antrópica, principalmente la deforestación, el daño a los humedales y la alteración de los cursos de agua.

Estas acciones fragmentan los bosques y ponen en riesgo la supervivencia de numerosas especies endémicas catalogadas en peligro según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN).

También relataron que el proyecto tiene como objetivo recuperar sitios fuertemente degradados y muy localizados, mejorar la capacidad productiva de la tierra e incrementar el valor de conservación de los paisajes protegidos y productivos.

Con un enfoque de concientización comunitaria, indicaron que este proyecto busca restablecer el equilibrio entre las actividades productivas del ser humano y la naturaleza a través de una relación armónica, promoviendo el aprendizaje activo en las comunidades involucradas.

Asimismo, enfatizaron la sensibilización sobre la importancia del bosque nublado como regulador del ciclo hídrico y la implementación de procesos de restauración tanto activa como pasiva. La comunidad es concebida como parte integradora y multiplicadora del conocimiento.

Los ecosistemas degradados pierden biodiversidad y dejan de proporcionar servicios básicos para los medios de vida, por lo que la restauración requiere un esfuerzo conjunto entre instituciones, investigadores y comunidades.

Entre los beneficios de la restauración, los especialistas señalaron la importancia de la conservación de especies, la mejora en la calidad del agua y la productividad del suelo, además de la mitigación y adaptación al cambio climático.

Este esfuerzo constituye un compromiso con la Madre Tierra, buscando un futuro donde el desarrollo humano y la conservación ecológica coexistan en armonía.

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Congreso en Defensa de la Madre Tierra aborda protección geológica de páramo merideño

(Caracas, 11 de octubre de 2025).- En el Congreso Mundial en Defensa de la Madre Tierra, realizado en Caracas los días 9 y 10 de octubre, se presentó la ponencia Impacto del cambio climático en la estructura geológica y geográfica del páramo de Mérida, a cargo del Dr. Francisco Bongiorno Ponzo.

El doctor expuso los resultados de sus estudios en Mérida, enfocándose en las fallas geológicas y la actividad sísmica que afectan a esta región venezolana.

Entre las principales acciones realizadas en sus investigaciones destacaron la identificación de rasgos, aspectos y procesos geomorfológicos relevantes, la determinación de zonas susceptibles a estos procesos, las inspecciones de campo, diagnósticos posteriores a eventos naturales y el registro fotográfico.

Además, enfatizó la importancia de establecer programas de alertas tempranas para proteger las comunidades locales.

En este sentido, propone capacitar a observadores locales en el registro de lluvias, niveles de ríos, deslizamientos y otras amenazas naturales.

Asimismo, contempla la implementación de puntos de monitoreo comunitario equipados con pluviómetros sencillos y tableros visuales de alerta, junto con protocolos claros de comunicación interna, utilizando grupos de mensajería, radios escolares y comunitarias, y señalizaciones visibles para activar las alertas tempranas de manera oportuna.

Estas redes de monitoreo comunitario se integran con los sistemas oficiales de Protección Civil y meteorología para garantizar la retroalimentación y la rápida escalada de la información ante eventos críticos.

Finalmente, se promueven simulacros periódicos y la distribución de materiales educativos accesibles para fortalecer la preparación y resiliencia de las comunidades frente a los impactos del cambio climático en áreas tan sensibles como el páramo de Mérida.

Este congreso, organizado en Caracas con la participación de expertos internacionales y nacionales, busca impulsar propuestas ecosocialistas concretas de defensa del planeta como antesala a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático COP30, que se realizará en Brasil en noviembre de 2025.

Mincyt / Prensa / EM.

Desarrollan estudio para la preservación de lagunas de inundación de la cuenca del río Orinoco

(Caracas, 11 de octubre de 2025).- El doctor José Vicente Montoya, biólogo e investigador del Centro de Ecología del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), presentó su estudio denominado Las lagunas de inundación de grandes ríos de la cuenca del río Orinoco: dinámica ecológica, estresores antrópicos y servicios ecosistémicos, ante los delegados nacionales e internacionales del Congreso en Defensa de la Madre Tierra, realizado en Caracas este 9 y 10 de octubre.

Como parte de la mesa Biodiversidad en Riesgo, el investigador expuso sobre el valor que tienen las lagunas de inundación para la preservación de las especies y de las comunidades humanas, que hacen parte de estos ecosistemas naturales.

Durante su presentación, Montoya comentó que las lagunas de inundación de la cuenca del Orinoco son ecosistemas de alta complejidad, productividad y biodiversidad, cuyo funcionamiento está regido por el pulso de inundación anual, una estacionalidad hidrológica que permite organizar los patrones y procesos ecológicos “impulsando una sucesión de cambios en las condiciones fisicoquímicas y biológicas”.

Agregó que “la dinámica de conexión y desconexión con el cauce principal del río estructura las comunidades acuáticas y sostiene complejas redes tróficas, desde comunidades microbianas hasta humanas”.

El investigador agregó que en condiciones favorables en este paisaje biocultural se realizan actividades agropecuarias, pesca de subsistencia, comercial y deportiva, ciclos biogeoquímicos, una biodiversidad estable, buen suministro de agua y se genera un gran sentido de identidad y pertenencia en las comunidades aledañas.

Sin embargo, se han detectado estresores antrópicos de estas lagunas de inundación contaminados por enriquecimiento de nutrientes, con disminución de la calidad de agua y en perjuicio de las pesquerías y acceso a otros recursos. Además, se genera pérdida del sentido de pertinencia de las comunidades con sus lagunas.

El estudio tiene como meta hacer un diagnóstico pleno de estos problemas, con seguimiento de las estrategias de recuperación. En este sentido, señala cuatro soluciones esenciales para estos ecosistemas:

  1. Estudio de los patrones espaciales y estacionales asociados con el ritmo anual del régimen hidrológico, las necesidades de la población y el nivel de degradación de los sistemas.
  2. Realizar una caracterización y diagnóstico multidisciplinario de los niveles de eutrofización y de la situación socioambiental en las lagunas de inundación y sus comunidades humanas.
  3. Promover el control de los efluentes de aguas servidas a las lagunas.
  4. A través de soluciones basadas en la naturaleza proponer un programa de recuperación de las lagunas con base en modelos de rehabilitación y mejora de la calidad de aguas de bajo costo y con apoyo de la capacidad natural de recuperación de los ecosistemas.

El Dr. Montoya consideró que, aunque se cuenten con herramientas de investigación científica para atender los problemas socioambientales en las lagunas de inundación del Orinoco, es esencial “transitar hacia un modelo de co-manejo adaptativo que incorpore el conocimiento ecológico tradicional de sus habitantes e implemente estrategias y soluciones basadas en la naturaleza”.

Para Montoya, los científicos y científicas tienen la responsabilidad de “ayudar a revertir el patrón, ya ampliamente diseminado, de la mercantilización y privatización de la naturaleza”, reafirmando que “el agua y la naturaleza son bienes comunes de toda la humanidad y que deben ser tratadas como tal para esta generación y las futuras”.

Mincyt / Prensa: VG/ Foto referencial.

Destacan importancia de los llanos occidentales como área de conectividad para aves playeras migratorias

(Caracas, 11 de octubre de 2025).- El especialista, MSc. Alexis Araujo, del Instituto de Biotecnología Agrícola (Inbio), compartió en el Congreso Mundial en defensa de la Madre Tierra la investigación Humedales de los llanos occidentales de Venezuela, sitios clave de conectividad hemisférica para las aves acuáticas migratorias.

El profesor de la Universidad Nacional Experimental de los Llanos Occidentales Ezequiel Zamora señaló que «la región llanera venezolana es una comprobada área clave de conectividad para una riqueza y abundancia sustancial de aves playeras migratorias».

Los humedales venezolanos son sitios de parada para las aves playeras migratorias hemisféricas e intratropicales. Reciben cientos de miles de aves que los usan para descansar, alimentarse y reabastecerse de energía durante sus largas rutas.

También son hábitat de miles de especies de plantas y animales, proporcionando sitios de alimentación, reproducción, anidación y cría.

En jornadas de monitoreo, especialmente en Portuguesa, se han evaluado lotes arroceros en los que se estudian las riquezas de las especies, su composición, etapas de desarrollo del arroz y las prácticas de manejo agrícola.

Asimismo, se han encontrado especies como Calidris himantopus (265), Calidris melanotos (5), Calidris minutilla (38), Tringa flavipes (288), Himantopus mexicanus (74), comunes en Chile y Pluvialis dominica (1) de América.

La mayor abundancia se registró en parcelas que estaban en fase de preparación: terrenos inundados y poco profundos, justo antes de sembrar semillas pregerminadas. Esta etapa coincide con los movimientos migratorios post y pre reproductivos de las aves playeras.

Los resultados preliminares apoyan la hipótesis de que los sistemas agrícolas, especialmente durante ciertas fases del cultivo, ofrecen hábitats temporales valiosos para estas aves migratorias. Esto sugiere que una gestión agrícola consciente puede contribuir a la conservación de especies amenazadas.

Inisitió en que las etapas de preparación de lotes arroceros, son etapas determinantes en los movimientos migratorios post reproductivo y pre reproductivo.

Asimismo, señaló que la investigación sirve como herramienta para:

-Incentivar y concertar con agricultores esta etapa del ciclo del cultivo en los meses cumbres de migración

Realizar nuevas evaluaciones poblacionales del Playerito Dorado podrían aportar información que respalde que Venezuela y el hato El Cedral califiquen como sitio de Importancia Regional para la Red Hemisférica de Reservas para Aves Playeras (RHRAP)
-Promover la participación nacional e internacional

Los días 9 y 10 de octubre, Venezuela se convirtió en epicentro global del debate ambiental al ser sede del Congreso Mundial en Defensa de la Madre Tierra, como antesala a la COP30 que se realizará en Brasil.

Mincyt / Prensa / YI.

Avanza estudio sobre transecto pelágico La Guaira – Isla de Aves

(Caracas, 11 de octubre de 2025).- Estudiar la biodiversidad en el transecto pelágico de Venezuela, es una de las investigaciones que realiza el biólogo venezolano Sergio Cobarrubia Russo, mediante el proyecto denominado Transecto pelágico La Guaira – Isla de Aves, Venezuela, Caribe Sur. Datos preliminares de cetofauna y avifauna. Este trabajo fue presentado durante el Congreso en Defensa de la Madre Tierra, convocado por el presidente Nicolás Maduro Moros.

El experto del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), explicó que además de comprender y caracterizar estos espacios, donde confluyen aves, ballenas, peces, calamares, entre otras especies, el objetivo es entender el impacto de la crisis climática.

Un transecto pelágico es la línea imaginaria o real trazada a través de la columna de agua del océano, lejos de la costa y del fondo marino. Se dividen en zonas según su profundidad: epipelágica (iluminada), mesopelágica (penumbra), batipelágica (oscura), abisopelágica (muy oscura) y hadopelágica (fosas oceánicas).

Este proyecto también se fundamenta en lo establecido en el punto 14 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, destinado a la preservación, conservación y uso sostenible de los océanos, mares y recursos marinos.

El experto explicó que las investigaciones científicas marinas costeras abarcan el 85% de los proyectos, mientras que solo el 15% se realiza en transectos pelágicos. Agrega que esto se debe a que “los transectos pelágicos son elevadamente costosos por la amplia gama de elementos que involucra la logística (una plataforma oceánica, seguridad, equipamiento y formación); sin embargo, los estudios en este hábitat generan información muy valiosa”.

Las investigaciones en estos espacios permiten monitorear distribución de megafauna marina, estimar ensamblajes a largo plazo, así como sus variaciones por cambio climático, entre otras variables.

En este sentido, refirió que existe una logística bimensual que cubre un transecto de 5° latitudinales (~666 km entre La Guaira e Isla de Aves) a cargo de la Armada Bolivariana de Venezuela, que les permite generar data ecológica, climática y pesquera-pelágica importante, “lo que tributaría al ODS 14 y al ejercicio de soberanía en el Mar Venezolano”.

Además, en un plazo inmediato, pueden actualizar inventarios de cetofauna y avifauna pelágica con inclusión de la costera, nerítica e insular en menor grado; estimar las distribuciones/especie a lo largo del transecto y sus relaciones con parámetros bióticos y abióticos.

Mientras que, a largo plazo, podrán estimar los ensamblajes según el tipo de hábitat: costero, nerítico, pelágico en insular; vinculados a la Clorofila a, la temperatura superficial del mar y la salinidad. E incluso estimar el estado de conservación de los hábitats de acuerdo a la conformación de los ensamblajes y su susceptibilidad a las perturbaciones naturales o no.

Cobarrubia explicó que “el Mar Patrimonial Venezolano ostenta una biodiversidad de elevado valor, de la cual sólo hemos mostrado una parte. Y, por tanto, debe ser objeto de nuestra defensa”.

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Conservación del jaguar es fundamental para la preservación de la biodiversidad

(Caracas, 11 de octubre de 2025).- El jaguar es uno de los tres felinos más grandes del mundo. Es considerado el embajador de las Américas y un símbolo cultural de muchas civilizaciones latinoamericanas. Sin embargo, la caza por retaliación e indiscriminada, la deforestación de su hábitat y la construcción de carreteras, entre otros factores, la han convertido en una especie casi amenazada.

El estudio y conservación del jaguar es parte del trabajo que desarrolla el doctor Włodzimierz Jędrzejewski, investigador del Centro de Ecología del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC).

Su proyecto denominado Salvar al jaguar: evidencias del declive poblacional en Sudamérica y medidas urgentes, fue presentado en la mesa Derechos de la Madre Tierra, durante la Conferencia por los Derechos de la Madre Tierra, celebrada en Caracas del 9 al 10 de octubre.

El investigador explicó que los jaguares son indicadores del estado de conservación de los ecosistemas; de manera que, su conservación influye en la biodiversidad de estos.

Explicó que entre 2012 y 2020, realizó un monitoreo de la especie empleando cámaras trampa, colocadas en el Hato Piñero, una reserva natural y sitio turístico, considerado también como un Monumento Histórico venezolano, que está ubicado en la parroquia El Baúl, en el municipio Girardot del estado Cojedes.

Asimismo, desarrolló entrevistas en el campo, análisis genéticos y genómicos, modelado de la densidad y distribución de poblaciones y análisis espaciales en sistemas de información geográfica.

“En los años 2012-2020 registramos 22 hembras y 21 machos jaguares”, precisó. Además, explicó que el estudio se realiza tanto en Venezuela como en el resto de Suramérica.

Propuestas

El Dr. Jędrzejewski dijo que en Venezuela “el 40% del área de distribución del jaguar está dentro de áreas protegidas. Sin embargo, la mayoría de las áreas protegidas se encuentran al sur del río Orinoco. Hay muy pocas áreas protegidas al norte del Orinoco, particularmente en los Llanos donde solo 8% de distribución del jaguar está asegurado por áreas protegidas”.

Precisó que la tarea más urgente es establecer nuevas áreas protegidas en Cojedes, Barinas, Apure, Delta Amacuro, Monagas, Sucre, Falcón y en la Sierra de Imataca.

“Venezuela aún no cuenta con un sistema oficial de monitoreo de la población de jaguar ni de su caza ilegal y su tráfico. Sin embargo, los proyectos de investigación realizados por el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas IVIC han proporcionado una gran cantidad de datos sobre la presencia o ausencia de jaguares, lo que ha permitido una evaluación de la distribución y el tamaño de sus poblaciones”, afirmó.

Otras soluciones propuestas son aprovechar el potencial para el desarrollo del ecoturismo, que permite preservar y conservar los ecosistemas; manejo/mitigación de conflictos con ganadería; educación a toda escala sobre el tema; mayor monitoreo e investigaciones científicas y crear una estrategia nacional para conservación del jaguar.

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Markelly Pérez: apasionada por la docencia y la innovación metalúrgica

(Caracas, 11 de octubre de 2025).- Markelly Pérez es ingeniera, profesora y jefa de Metalurgia del Departamento de Tecnología de Materiales de la Universidad Nacional Experimental del Transporte (UNETrans).

Nació en Caricuao, Caracas, un 22 de octubre de 1980, con solo seis meses de gestación, situación que afectó su visión, pero que no detuvo sus capacidades para aprender.

Su sanación fue factible gracias a la experticia médica y a un ímpetu bastante fuerte. «Creo que necesitaba estar en el mundo, logré revivir».

Recuerda que, aunque los 80 fueron una época muy difícil para el país y para la mujer, su padre Tomás, taxista, y su madre Olga, obrera, le brindaron todo el apoyo para su desarrollo profesional.

«Tuve una infancia muy linda, muy cuidada a raíz de ese nacimiento. Protegida totalmente. Me dieron todo lo que necesitaba».

Pérez fue una estudiante destacada, siendo la primera de su clase. No obstante, aspirar a estudiar medicina en la universidad, en 1998, fue difícil, principalmente por su condición de mujer.

«Yo quería ser médico de la Universidad Central de Venezuela, no pude por la situación de la vista y eso me frustró muchísimo. Estuve un año en espera tratando de decidir qué iba a estudiar y me topé con tecnología de los materiales».

Asegura que, aunque no estaba muy convencida de la carrera en metalurgia, al visitar los espacios del Instituto Universitario Tecnológico Federico Rivero Palacios (IUT) -hoy UNETrans- descubrió el área de los biomateriales, algo que la apasiona.

Pérez afirma que ahí se enfrentó nuevamente a la estigmatización por ser mujer. «Luchar contra ese paradigma de que las mujeres no podían ser metalurgistas; hubo un reto importante, logré ser el primer promedio de mi carrera; sin embargo, no pude entrar en la industria por ser mujer y eso me llevó a otras vías de desarrollo».

Cuenta que trabajó 14 años en el Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología, como analista de proyectos en el área de metalurgia y metalmecánica.

Posteriormente, retomó sus estudios en el antiguo IUT donde se gradúa como ingeniera metalurgista en materiales industriales, en 2020, y, paralelamente se convierte en docente de la institución. Un año después es nombrada jefa de metalurgia y se convierte en responsable de los trayectos iniciales.

«No pensé nunca que podía ser docente y conseguí mi profesión. Me apasiona dar clases. Yo no tengo hijos, vivo con mi hermana, mi sobrino; pero mis estudiantes vinieron a compensar algo que faltaba», señala Markelly Pérez.

Afirma que ser una mujer de las ciencias es maravilloso, especialmente porque «este gobierno nos permitió a las mujeres tener una participación importante, algo que no teníamos hace 20 años atrás, representa un orgullo para mí como persona, como profesional. Me siento nutrida, contenta, porque constantemente estoy creciendo, estoy aprendiendo y evolucionando».

La ingeniera continúa su formación, ahora desde la Universidad Bolivariana de Venezuela donde es doctorando en Ciencias de la Energía; también participa activamente en el desarrollo de proyectos en el área de la evaluación metalúrgica para brindar soluciones al sistema de transporte del país.

Las mujeres tienen sentido de detalle y dulzura

La ingeniera metalúrgica explica que su trabajo implica la sensibilidad, la dulzura y la fuerza humana, para cumplir con las tareas diarias que demanda trabajar con metales y sus aleaciones.

«Uno no sabe la capacidad que tiene hasta que le toca», asegura la experta.

Fundir materiales, hacer cortes de muestras y levantar peso requiere de «ese sentido materno y humano en una carrera que es muy rígida. La carrera también requiere ese sentido de amor; un sentido de detalle, una perfección hacia mejorar las cosas, mejorar los procesos, somos más organizadas».

Afirma que las mujeres tienen la capacidad de hacer múltiples tareas «dando ese toque de color, amor y dulzura que hace falta en esos espacios».

Mirando al pasado, Markelly dice que si pudiera ver a su «yo» más joven le diría: «No te preocupes, realmente estamos en el camino correcto».

Finalmente, precisa que su meta es hacer más aportes al mundo, «que generen un profundo cambio humano, científico, tecnológico, de distintas índoles».

Mincyt / Prensa: VG / Fotos: CR.